13 noviembre 2014

el concurso de la plaza de toros de valència, en el aire por la torpeza y pésima gestión de la diputación

  • Tras el recurso de Serolo, la Diputación paraliza el proceso
  • La única empresa que se ha presentado al concurso, Simón Casas Productions, también deberá dirigirse a Diputación en los próximos días
  • La torpeza de la Diputación de València en Asuntos Taurinos se ha demostrado una vez más
  • La dimisión debería ser una seria opción. Ya mismo o, sin dudarlo, si se tuviera que redactar nuevo pliego
  • Cuanto más tiempo pase, peor será para la confección de la Feria Fallas de 2015



El concurso para la gestión de Plaza de Toros de València se paraliza. Es el paso normal tras el recurso interpuesto por Serolo --del que apenas nadie echó cuentas-- al pliego de condiciones. Pero el Boletín Oficial de la Provincia anuncia el siguiente decreto que por el momento suspende el proceso.

Por Decreto de la Presidencia de la Diputación número 08794 de 04 de noviembre de 2014, se resolvió suspender el procedimiento de contratación relativo al procedimiento abierto para la contratación de "ARRENDAMIENTO DE LA PLAZA DE TOROS DE VALENCIA PARA LA CELEBRACIÓN DE ESPECTÁCULOS TAURINOS" hasta la resolución del recurso interpuesto en fecha 24 de octubre de 2014 por D. Sebastian Rodríguez López, en nombre de las mercantiles Servicios Taurinos Serolo SL y Desarrollos Taurinos SL, contra la convocatoria, pliegos de cláusulas administrativas particulares y de prescripciones técnicas que rigen el citado contrato.
Cualquier información adicional sobre este procedimiento se efectuará a través del perfil de contratante de la Diputación de Valencia www.contratacion.gva.es
Valencia, 6 de noviembre de 2014.

Y es que lo que no se hace bien desde el principio, no puede salir bien. Así, el PP se ha vuelto ha mostrar como pésimo gestor de espacios culturales y de nuevo el trato concedido a la Plaza de Toros de València ha dejado mucho que desear, por más que se maquillara el pliego con una escasa rebaja del canon y unas supuestas menores apreturas a la hora de programar la temporada, más la posibilidad de liberalizar precio de las entradas, que eso sí era la gran novedad.

El pliego en definitiva resultaba insuficiente y además estaba cocinado para un restringido coto de emprasarios taurinos --exigía tres últimos años de gestión en plazas de primera--, y así sucedió que al final sólo se presentó una única candidatura, la de los favoritos Simón Casas Productions, que también tendrá algo que alegar con tal de desatascar un proceso. Pero mientras no se resuelva, lo que se hace es consumir tiempo y con ello, acortar los plazos para la confección de la primera gran de feria de la temporada, las Fallas de 2015.


Veremos el tiempo pasar con preocupación --quedan cuatro meses para iniciar el ciclo fallero-- tras encallar el pésimo pliego --otro más-- elaborado por la Diputación de València, que sólo consiguió atraer a una sola empresa. Ahí otro fracaso.

Si el daño fuera mucho más allá y el equipo técnico de la Dipu tuviera que elaborar un nuevo pliego, Isidro Prieto debería asumir culpas y directamente dimitir de sus responsabilidad al frente de Asuntos Taurinos por no sacar un pliego decente, atractivo y que sea capaz de potenciar la temporada taurina en el coso de la calle Xàtiva. Por no decir que con la actual situación ya podría tomar esa decisión al haber conseguido restar la temporada y además convertir la plaza en poco o nada atractiva para las mejores empresas del sector.

La Diputación con los Asuntos Taurinos tiene un problema. Y más allá de para figurar, lo que hace es provocarle constantes quebraderos de cabeza. Los únicos damnificados en todo esto son la entidad del coso, su afición y la Tauromaquia. Mientras en la gestión extrataurina la gestión es directamente llevada por el equipo del presidente Rus, las cosas del toro les queman en las manos. En cambio, no parecen dispuestos a perder bocado y al tiempo llenarse la boca con el apoyo a la Tauromaquia. Y no.

Mientras el tenis, por poner un ejemplo, una semana de tenis con gradas vacías, es sujetado con más de un millón de euros, la elaboración de una temporada taurina con cerca de 20 festejos todavía es esquilmada con el canon, que desde que estalló la burbuja siempre ha sido desorbitado y un trampa a la hora de gestionar la plaza.

Los tiempos de Serolo fueron los del pelotazo. Tiempos de locura y esa burbuja a punto de estallar. Un milagro que aquella historia acabará bien. Y no hace mucho que acabo, por cierto. Eran otros tiempos. Pero la adecuación a las circunstancias por parte de los políticos no llegó nunca. Así, este último periodo con Simón Casas al frente ha sido tan o más ingobernable por culpa del maldito canon, como ya tratamos aquí al iniciar la temporada de 2013.

Que el nuevo pliego maquillaría un poco las apreturas y con esa vuelta a empezar bajo un nuevo contrato, permitiría respirar a la nueva empresa, que sería la misma, también... hasta que Serolo ha parado el concurso.

No es que Serolo esté muy boyante. Al contrario. Desahuciados en Zaragoza, en un mismo año han rescindido Vitoria y han salido endeudados de Burgos. Un panorama así no es que sea la mejor opción para la Plaza de Toros de València, que debería tener mecanismos para repeler empresas que no ofrezcan garantías o que vengan con esa carta de presentación. Pero si el pliego de València actual ofrecía la menor duda de que podría infringir los principios de libre concurrencia e igualdad de oportunidades, mejor será que se resuelva ahora y no que después le toque soltar la guita al de siempre, al contribuyente.

A lo largo de su historia, la Plaza de toros de València puede que sea (seguro que es) el edificio público o contenedor cultural que más riqueza ha aportado a los valencianos. En ese aspecto, ya nació como fuente de ingresos del Hospital Provincial. Pero en estos tiempos y coyuntura socio-económica, la Diputación con el Partido Popular al frente no ha sabido generar valor y riqueza a partir de su coso taurino y la Tauromaquia. El canon, siempre excesivo, en la última década ha sido un impedimento constante a que se mejorase la programación y se aumentara el impacto económico de un espectáculo que, por otra parte, no ha necesitado de la menor ayuda pública para su desarrollo y celebración.

Dicho de otra manera: la Plaza de toros de València en estos años de la gran crisis ha albergado el único gran evento que no ha requerido de ninguna subvención pública y que por sí mismo ha generado un importante impacto económico en la ciudad y en las arcas públicas. 

¿Y en todo esto cuál ha sido el cometido de la Diputación de València? Torpedear el desarrollo y gestión de la Tauromaquia. Lo que sucede ahora es solamente un ejemplo más.

Seguiremos informando. Y es que siempre debe salir un torpe, el otoño-invierno ya tiene entretenimiento.

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