Enrique Ponce es la principal figura y es imposible negar lo innegable. Esto no ha empezado y de él ya dependen varios carteles e incluso ferias enteras. En Valencia, la suya, habrá que apuntarle ya las dos tardes en Fallas. Él no podía ser como los demás. Protagonista también en Olivenza. En Sevilla es un fijo para el domingo de resurrección y le ofrecen, además tres tardes más, oigo decir en la Ser. En Madrid estará, al menos una, como viene siendo habitual. Bilbao también, cómo no, donde yo tampoco faltaré por tercer año consecutivo.
De unos años hacia acá, y ya son unos cuantos, diría que desde la temporada de 2001, Ponce se ha convertido en indiscutible. Pasan los años y ahí sigue, sorprendiendo(me).
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