aste nagusia 2009/ petardos generales de bilbao

El fracaso de las Corridas Generales de la Aste Nagusia 2009 ha sido notable. A estas alturas de poco vale la excusa poncista de si llega a meter la mano en cada ocasión que rozó el triunfo. La feria, que se prometía grandiosa con unos carteles rematadísimos, acabó siendo un tostón porque a la hora de la confección a lo que menos cuentas le echaron fue a la materia prima: el toro.

Ya está claro: no se puede congregar a todas las figuras de lunes a viernes y esperar, además, que los animales a los que se enfrenten den el espectáculo deseado. La casta y la bravura son conceptos difíciles de encajar cuando se trata de feriantes de postín, sobre todo porque estos a lo que están enganchados es a todo lo que tenga tufo Domecq, y con eso ya se sabe. El monotemático encaste Domecq fabrica toros carentes de personalidad en cantidades industriales tanto para Bilbao como para Llodio.

El toro de Bilbao esta feria se ha visto entre las ocho tardes de toreo a pie en contadísimas ocasiones: dos o tres, no más. El resto, que es casi todo, ha dejado mucho que desear. Por cuajo, trapío, hechuras, defensas y ligeras sospechas de manipulación . Y si ya nos ponemos a analizar los comportamientos la decepción es como para derribar Vista Alegre y hacer otra nueva.

Nos ponemos a contar y sale uno y medio de La Quinta, tres siendo de generosos de Fuente Ymbro, un par de El Ventorrillo, uno de El Tajo o de La Reina y algún que otro medio toro de Jandilla, pero lo que pasó ese día es que a El Juli le dio por apretar cuando era demasiado tarde. A la basura directamente la de Torrestrella, y menos mal que la tradición aconseja dejar la de Victorino para los postres para que, aunque sea con un puñado de dinamita, despida con alguna alegría la feria, como fue el caso con ese toraco ante el que Diego Urdiales estuvo hecho un torerazo.

Pero la afición de Bilbao necesita además mirarse al espejo. Y reconocerse. Que sólo hay cuatro y que esos cuatro no se atreven a alzar la voz por no perder la compostura, que es lo que manda. La compostura taurina en Vista Alegre consiste en ir bien puesto a los toros y aplaudir a la mínima ocasión. Por eso tal vez ya casi por rutina se saca a saludar a cualquier matador con o sin motivo tras su faena. Luego ya les da igual si por toriles aparece una birria con pitones o el torero de turno se mantiene al hilo todo el rato.

La tarde de los jandillas se llevó la palma en cuanto a falta de presencia y los que más alzaron la voz no era del Botxo precisamente. Digamos que habían llegado de Algemesí y Benifaraig. Y a la hora del tercio de varas la situación era esperpéntica: mientras unos decían no lo piques, otro menos exigían puyazos en regla sabiendo que el bicho en cuestión tenía más de novillo que de toro de Bilbao.

Así que consumados definitivamente los petardos generales, la reflexión es obligada por parte de los Choperas y la Junta Administrativa. Porque Bilbao sigue siendo punto de reunión de la afición de España y Francia en agosto y el trato en esta Aste Nagusia 2009 debe enmendarse en próximas ediciones si no quieren quedarse solos con toda su grandeza.