16 noviembre 2010

vuelven los indultos a la mexicana con zotoluco y arturo macías

Fin de la temporada europea, es ahora la temporada mexicana la que marca la pauta desde esa fina línea que roza la decadencia más absoluta por el toro fabricado allá y que inexplicablemente es encumbrado hasta el indulto en un número excesivo de ocasiones. De eso, de la indultitis a la mexicana alguna que otra vez hemos hablado.

El caso es que este fin de semana hubo dos indultos por aquellas tierras. Uno a manos de Zotoluco en Monterrey con un toro que atendía por 'Mar de nuebes' --como aquel al que David Silveti toreó a la verónica como los ángeles de alas heridas-- y del que no hay vídeo. Y el otro tuvo como protagonista a Arturo Macías, a quien después del calvario sufrido en la temporada española animalejos así le deben saber a gloria. Pero es que claro, la casta borrega del tal Giraldo nada tiene que ver con lo que se las ha visto por aquí ni lo que le hace a este animal se lo puede hacer, por poner un ejemplo extremo, a un Palha de Sevilla.

Que todo esto, tanto lo dulce como lo amargo, sirva a Arturo Macías 'El Cejas' para convertirse en la verdadera figura del toreo que necesita la tauromaquia mexicana y sea capaz de soportar hacerse de respetar en las temporadas a un lado y al otro del charco; ésa será la mejor noticia de todo esto.

Y ahora veamos el vídeo y si alguien atisba una pizca de bravura merecedora de indulto, que levante la mano y lo diga.

1 comentario:

Xavier González Fisher dijo...

Es que en este país la naturaleza del indulto está subvertida. La mayor parte de los públicos lo entiende como un premio para el torero y no como un honor para el toro, así que aunque te pongas a buscar con la lámpara de Diógenes los requisitos de bravura que el malhadado indulto presupone, lo más seguro es que no los encuentres, casi nunca.

La gente en su mayoría piensa que es el "siguiente escalón" después del rabo y para no "arriesgarse" a que su "torero favorito" pierda los "trofeos" por "culpa de la espada", mejor se van "por la libre" e "indultan al toro", para "asegurar el triunfo, a cómo dé lugar".

De todos modos, en muchas plazas les entregan orejas y rabos de utilería (sirven "para la foto") y los "indultados" son, en su mayoría, apuntillados en cuanto llegan a los corrales, pues no hay ganadero que se arriesgue a usarlos como reproductores, ni siquiera "el de casa".

Saludos desde Aguascalientes, México.