"la palabra de supuestos aficionados y no la de los antitaurinos es la que hiere de muerte a la fiesta", según simón casas

 La presentación oficial de la Feria de Fallas de 2011 tuvo un claro protagonista: Simón Casas. El empresario francés, fiel a su estilo, desarrolló su discurso de pe a pa, la misma cantinela de siempre. Que si productor en vez de empresario, que si --y con razón-- es necesaria la rebaja del IVA del 18% al 8% y más ahora con el supuesto traspaso a Cultura e incluso que la concesión de plazas sea sin canon alguno. Vale. La única diferencia que presentan los carteles que ha confeccionado es el atractivo mano a mano Miura vs Victorino, y queda para mayo, cosa valiente porque tal vez ayudará a dar sentido a una fecha que se había dejado de la mano en los últimos años.

¿Pero por lo demás? Pues que la feria es muy sufrida y tanto da la afirmación de que están todas la figuras, porque es verdad --menos José Tomás, están todos--, como que no hay más cera que la arde o que sólo cuatro carteles de ocho aspiran al lleno. En cuanto a producciones estelares propias de un artista, pues la señalada anteriormente. La presencia de Juan Mora, por ejemplo, hubiera sido revolucionaria hace un año o hace dos, ahora es una obligación que encima le viene bien a figuras veteranas como Ponce. Esta temporada Juan Mora como revolucionario entre tanta monotía vestida de luces es de obligada y necesaria presencia en cualquier feria que se precie.

Lo que admite toda discusión son afirmaciones a las que Simón Casas se está acostumbrando demasiado últimamente. Afirmaciones como la siguiente: "no es la palabra de los antitaurinos la que hiere de muerte a la fiesta, es la palabra de los supuestos aficionados"; refiriéndose a esos con esos 'supuestos aficionados' a aquellos especialmente críticos. Y no es algo nuevo en Simón Casas. Recordemos que no hace mucho la empredió con Joaquín Vidal. De verdad, resulta bastante barribajero echar la culpa del estado de la fiesta a 'supuestos aficionados', que no dejan de ser meros paganos de su negocio, por cuatro gatos que sean.