¿Hasta cuándo pretenden continuar con el engaño empresarios, ganaderos y, sobre todo, las figuras del toreo?
Como decíamos, ¿regeneración o cachondeo?
(...) Ante la ausencia de autocrítica del sector, el aficionado clama por una regeneración de la fiesta desde sus mismos cimientos, pero siempre con un respeto total a la liturgia y verdad que la envuelve. Propone eso, o en cambio seguir por el mismo camino y a la fiesta la seguimos tomando como mero cachondeo de folklore y pandereta.
Monotonía y previsibilidad han amuermado un espectáculo que debe ser justo lo contrario. El prestigio se recupera por vía de la emoción y el arte más auténtico, pero sobre todo con una actitud diferente, abierta y sin tapujos que reivindique la fiesta como acontecimiento cultural. Acorde con los tiempos que corren, pero sin perder el respeto a la historia. En Francia eso lo han hecho perfecto. La fiesta necesita del toro en su máximo esplendor, riqueza y variedad. Pero también necesita de un nuevo orden, de nuevas ideas para volver a ganar la calle y acabar con esta sensación con la que empieza una nueva temporada: la de más de lo mismo, pero esta vez con menos libertad.
Pero está visto en eso, en lo otro y en todo, seguimos en las mismas y que se prefiere continuar con el cachondeo, de feria en feria, en constante decadencia. Para muestra, incluso, el editorial de hoy de Mundotoro:
A nadie le da vergüenza. Nos piden los dirigentes y amigos que apoyemos. ¿A la Mesa del Toro? No existe. Porque si existiera tendría un equipo jurídico ayudando 24 horas al día a la ILP, resolviendo posibilidades de firmas electrónicas, creando una estructura de acción con los medios de comunicación, contratando a empresas para recogida de firmas por todos los medios físicos legales posibles, contratando el mejor servicio de mensajería, agencias de comunicación de gran nivel, y dotándola de una red similar a la de Anselmi. No existe. ¿Saben por qué? Porque nunca han creado una estructura para que exista nada que no sean buenas intenciones. Porque no tienen dinero estructural, sino personal. Las donaciones, pasar la gorra, valen una vez. Pero si éste es el recurso del toreo, qué peligro corremos.
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