Nos estamos deslizando hacia unas sociedades tan fanáticas, puritanas y represoras como la que albergó la época de mayor esplendor de nuestra malfamada Inquisición. Sólo que lo que hoy se denuncia y condena es tan variado que pronto nos quedaremos todos inmovilizados de pavor.
PS: Y a todo esto, Anselmi anda contando la mentira (o negocio) antitaurino por México, un país en el que mueren más personas que toros bravos. Hay que ser cínico y tener, al mismo tiempo, bien cubiertos los bolsillos para poder vivir del cuento.
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