En aquellos años todos teníamos rivalidad. Ordóñez, César Girón, Julio Aparicio, Gregorio Sánchez, Miguelín, Mondeño, nadie se quería dejar ganar nada. Porque estábamos hechos en una época dura que nos marcaba. Era la fórmula de ser. Sin embargo, aquello lo convertíamos en una relación más profunda que no puede haber ahora.
P.- ¿...?
R- Porque todo se ha diversificado más. Por las prisas de salir, de marchar y no quedarte. Todavía teníamos la costumbre, lo mismo cuando íbamos a tentaderos en Sevilla que en Salamanca, de tirarnos horas y horas o toda la noche después de cada tienta hablando de toros. Nos reuníamos más. Las prisas han podido con todo, creo que hasta con el temple. Yo por lo menos lo echo en falta. No es lo mismo torear despacio que torear limpio. Luis Miguel templaba, Curro Romero, Fuentes... La única virtud no es sólo el temple, ojo, el mando, la profundidad también, pero cuando consigues el temple es otra cosa.
P.- Rafael Duyos subrayaba en el poema que dedica a Fernando Domínguez su capacidad de transfigurarse a tiempo delante del toro bravo.
R.- Es que es fundamental. Hay que transformarse. Si el torero no se transforma delante del toro no llegas [a los tendidos], no te dan importancia. Duras nada. Uno de los toreros que yo he conocido que más se ha transformado ha sido Andrés Vázquez, que es así [señala con la palma de la mano la altura de un hombre de la Tierra Media], qué hombre con menos recursos físicos. Y se convertía en un torero buenísimo, cómo conectaba con la gente.
P.- Han pasado 50 años de su alternativa.
R.-Todavía no he sido capaz de valorarlo, de medir su valor. Todos los días cuando me acuesto agradezco tantas y tantas cosas que Dios me ha dado, y ahora alcanzar esto. No para festejar ni hacer ningún tipo de manifestación porque sean 50 años, porque el anterior fueron 49, el otro 48 y así progresivamente.
P.- ¿Por qué no quiere homenajes y ha rechazado que la Comunidad de Madrid le rinda tributo con una magna exposición en Las Ventas?
R.- Me lo preguntó el otro día mi mujer. Los homenajes se deben realmente al toro, a los toros que me han dado la posibilidad de que ahora me quieran hacer homenajes, y en todo caso al público que me ha aguantado y que es quien me ha puesto en el lugar de admiración. Lo único que yo hice cada tarde fue conseguir su atención, que supiese que quería ser torero, que quería emocionar. Aquél era mi tope de ilusión.
23 abril 2011
su majestad el viti, la reivindicación de una tauromaquia ( y III )
Y para acabar, lo mejor es que siga El Viti en la entrevista a Zabala de la Serna. Mientras aquí reivindicamos su tauromaquia en el 50 aniversario de su alternativa, él cede todos los homenajes al toro.
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