24 mayo 2011
el 22m en la comunitat valenciana: una cuestión de símbolos y metáforas
El PP ganó las elecciones. Las Municipales y las Autonómicas. También en la Comunitat Valenciana. Como era de esperar y pese a todo. Así, cuando el escrutinio ya estaba finalizado, los resultados de las urnas arrojaban la realidad y las televisiones saltaban de hotel en hotel, de balcón en balcón, de declaración en declaración, allí donde los populares valencianos celebraban su victoria, tras las palabras de euforia, todos se pusieron en pie y empezó de forma solemne a sonar el himno regional de la Comunitat Valenciana para que todos observasen ese momento y obtuviesen la respuesta al por qué de esta nueva victoria. En escena frente a los fieles, Camps que con cierta timidez, junto a su ¿hijo? y Rita, movía los brazos, apretaba los puños sin mucha fuerza y gesticulaba cuando Francisco (el cantante de 'Latino', desde el CD) decía aquello "valencians en peu alceu-se".
Cuestión de símbolos y metáforas. Los valencianos, una mayoría, más de un millón, se habían levantado ese 22-M y habían votado al PP en las Autonómicas (la distinción con las Municipales es justa y necesaria). Y es que desde hace ya mucho tiempo el PP ostenta en exclusiva todo lo que representa Comunitat Valenciana y ésta es lo que el PP exclusivamente quiere que sea. Algo así como ocurre en Catalunya con el nacionalismo catalán, pero en la Comunitat i per ofrenar noves glòries a Espanya, siempre que España no esté gobernada por un tal Zapatero.
Y eso va más allá de la realidad política y económica, de los fracasos y de los errores. PP es igual a Comunitat Valenciana para una inmensa mayoría del electorado. Eso es así y muchos desean que así siga siendo por mucho tiempo, mientras que otros ya creen ver en los 70.000 votos que se han dejado de 2007 a 2011 el principio del fin.
La paupérrima campaña electoral hasta la aparición del movimiento del #15M puso a Zapatero como centro de todas las culpas y así se terminó incluso asumiendo desde el propio PSOE tras la derrota en las urnas. Luego las manifestaciones tuvieron su gracia porque de la noche a la mañana descolocaron a los dos grandes partidos.
¿Qué vota entonces el electorado cuando de elecciones Autonómicas se trata? ¿La gestión o el mero sustento de los símbolos?
Que la Comunitat Valenciana ocupe, por no hablar de las sombras de corrupción, puestos de liderazgo en deuda o desempleo entre las autonomías españolas, al parecer no le supone contratiempo al gobierno, precisamente, autonómico. El PP tiene los símbolos, los de siempre y también los nuevos, los que se encarga de ir creando. En cambio, el PSPV encuentra un muro infranqueable al permanecer ya casi dos décadas alejado de todo, tanto que parece que está desterrado a la marginalidad de la Comunitat Valenciana. Y es que no encuentra símbolos a los que agarrarse. Hasta desde la flamante Coalició Compromís eso lo han hecho mejor y se han convertido --por manifiesta incapacidad socialista-- en el mejor ariete contra el gobierno valenciano del PP, sino ¿qué pintaba ahí el careto de Camps en plena celebración Oltra y Morera?
Otra vez, cuestión de símbolos y metáforas.
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