21 marzo 2012

una entrevista a javier cañón, por paz domingo

Vía :: Primer Aviso | Titulada 'El hombre que más sabe de toros'. Más que recomendable para todos.

No pertenece al estamento taurino. No es aficionado. No asiste a los festejos taurinos, aunque no los rehúye. “Mi familia es de León. Mis genes se reparten entre la comarca del Esla y la Ribera del Porma, y allí hay poca tradición taurina. Estas cosas de los toros hay que mamarlas”. Sin embargo, Javier Cañón, investigador y catedrático del departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, se ha convertido en el primer científico en clasificar la genética del toro de lidia y, por tanto, en el mejor conocedor de la información que acumula en sus entrañas. En el año 2007 expuso su estudio Variabilidad genética de la raza de lidia inferida al ADN realizado con un muestreo que abarcaba aproximadamente el 90% de la amplitud genética a partir del cual elaboraba, entre otras, las siguientes conclusiones:
-         “la raza de lidia debería ser considerada como una raza de razas, con una gran diversidad genética entre las unidades genéticas (encastes-ganaderías);
-         “la distancia genética entre encastes es casi tres veces mayor que la distancia que hay entre cualquier pareja de razas dentro del bovino europeo”;
-         y “la forma en que los ganaderos la han gestionado ha hecho de esta raza un gran experimento científico que ha dado lugar a una explosión de familias, líneas o encastes, muchos de ellos en serio peligro de extinción”.

En su opinión, ¿para qué sirven estos estudios genéticos? Creo que ayudan. Fundamentalmente por el hecho de poner a la raza de lidia en un mundo actual. Es algo así, salvando las diferencias, como cuando Peridis realizó unos programas sobre el arte románico. Yo no soy una persona aficionada, ni tan siquiera tengo una formación en la historia de la tauromaquia. Sé genética y nada más. En mi opinión, lo más interesante es que ofrece una información  a la sociedad sobre este  patrimonio riquísimo, y siempre despreciado hasta ahora por todos. Unos por porque consideran que la fiesta no va con ellos, y otros porque sólo se fijan en la fiesta. Cuando hay biología y espectáculo, lo que sucede es que uno se come al otro.


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