14 mayo 2012

banderillas made in la france

Lo de las patrias la gente lo lleva muy adentro. Y lo de manosear banderas nos encanta. Aquí somos la leche en eso de sobar telas coloreadas y alguno hasta se le pone morcillona. Me da igual cual, lo mismo que hay otras que nos provocan sarpullido. El sábado cuando me disponía a entrar a la plaza para ver la de Victorino uno que pasaba increpaba, y con razón, a los responsables de los tenderetes de 'merchandising taurino' por tener entre su género, y por lo tanto vender, la bandera preconstitucional. La del pollo o aguilucho casposo. "No teniu vergonya", increpaba.

Aquí en el último mes, por cierto, una de las entradas más vistas en este blog ha sido uno que iba de esto y decía "cosas que no deben verse en una plaza de toros". A saber qué razones han sido las que le han vuelto a dar visitas a ese post, pero la cuestión es que me alegro.

Pero a lo que iba, las banderas de tan manoseadas que están, desde tiempos inmemoriables visten las banderillas. Absurda decoración o es que una lectura del subcosnciente dirá que al clavarlas es como si conquistáramos la bravura. Chorradas todo.

El caso es que la enseña tricolor francesa me llamó la atención en los palos que lució la cuadrilla del francés Juan Bautista. Nada más.


No hay comentarios: