Foto :: Berho para Aplausos |
No fue la corrida de Fuente Ymbro tan completa por dentro como por fuera. Astifina y cuajada, manseo en exceso y se empleó sobre poco, aunque según las manos las diferencias se notaron. Por ejemplo, César Jiménez, demasiado acelerado, no se encontró con ninguna de las embestidas. Rubén Pinar tampoco se excedió. Sin acople con el segundo, al manso quinto lo metió de forma interminente en la muleta, demasiado poco, pero lo justo para que le diesen una oreja de poco peso en Pamplona.
La convicción de Fortes fue desde el minuto uno con un quite por gaoneras y acabó montándose en su primero. Seco el valor, compuesta la figura, embraguetado el trazo, gustándose, recreándose en un precioso de pecho cuando la obra estaba hecha, y por eso por poco no se libra del pitonazo que le abrió la taleguilla y solo dejó un varetazo. Y al matar como un león. A puñetazo limpio y total entrega. Es el triunfo en Pamplona su primera puerta grande en una plaza de primera categoría y fue revelador de verdad, tanto que hasta las peñas del sol se enteraron de la jugada. Y lo mejor, es que por condiciones, juventud y circunstancias Fortes huele a mucho más de lo que por ahora ha demostrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario