24 noviembre 2012
francisco ruiz miguel: "el toro hoy ha llegado a su techo de dulzura"
Francisco Ruiz Miguel fue el protagonista del primer coloquio de la XXXI --¡31!-- Semana Cultural Taurina de Foios, que organiza el Club Taurino de la localidad. Lo primera sensación es que cuando se está delante de un tipo así, la cabeza no puede dejar de hacerse la idea de que Ruiz Miguel se ha puesto más veces que nadie delante de miuras, victorinos, pablo-romero, murteiras y una sin fin de ganaderías de esas que llaman duras, con todo lo que eso debe suponer. Lo piensas y cuesta asumir que su carrera andó por esa línea durante 20 años y todavía conserva la ilusión y la certeza de que todavía se le ha quedado algo dentro.
Qué cosas. La primera vez que se midió con una de Miura, pues acabó cortando un rabo. Y en Sevilla. Y la primera vez que se enfrentó a una de Victoriano, pues lo mismo. Otro rabo, éste en Vic-Fezensac. Así fue como él y su carrera tomaron un camino. Y fue capaz de eso.
El toro --solo el toro, nunca el sistema, que favores te hace bien pocos-- acaba poniendo a cada uno en su sitio. Ruiz Miguel es feliz y no guarda rencores. El de la Isla de San Fernando es tan admirado o más en Sevilla, Madrid, Pamplona, todo el norte y Francia. Y eso no está al alcance.
Al coloquio le faltó una hora más. Cuando Ruiz Miguel había tomado el hilo se acabó y nos fuimos todos a cenar, que a ver qué club taurino o de lo que sea tal y como están las cosas te da de cenar. Ruiz Miguel habló de su amistad curtida en la batalla con el loco Antonio José Galán, de sus apoderados y, sobre todo, de la influencia de su maestro, Rafael Ortega. "Al toro para poderle hay que bajarle la mano" y "para torear siempre hay que estar bien colocado". Por un momento le faltó solo recitar El toreo puro, la obra que dejó escrita Rafael Ortega.
Del Loco Galán recordó sus miedos que vencía con formas exageradas ante los toros. Aunque también dice que alguno que otro le dejó. Con eso de entrar sin muleta, pasaba a la enfermería y me dejaba los suyos para mí. Hasta hubo uno en el que le avisó: si me toca ése, Canilla, yo no lo mato.
De la prensa contó la intrahistoria con Vicente Zabala. Al parecer no lo convencía y, dice, que le preparó en una tertulia en Wellington un surtido de fotos con la cara tapada a ver si acertaba qué torero era. En todas era él mismo, Ruiz Miguel. En cambio, quien sí le ponía bien era Navalón. Batallitas.
Convencido de que no hay toro comercial, porque ese al final es el que más te embiste. Tiene claro que "hoy se torea mejor que nunca porque las ganaderías han llegado a su techo de dulzura y a la dulzura hay que acompañarla. Antes sin un toro se te iba sin picar te acordabas de la madre del picador y de toda su familia".
Torero preparado, siempre fino, incluso ahora. Su puesta a punto era de andar monte arriba y monte abajo, con la clásica barra de hierro para fortalecer brazos y muñecas. ¿Torear de salón? Cuando ya tenía su carrera enfocada dejó de hacerlo. "Cuando empecé sí, pero ya después no toreaba de salón. Hacía mucho tentanderos, dos en una día. Esa era mi preparación".
¿Y toros a puerta cerrada? "Un solo toro a puerta cerra maté en mi vida y porque lo regaló Pepe Luis Segura cuando me apoderó". Lo tenía claro, el valor partía de la mente y la preparación.
El acto estuvo conducido por José Luis Benlloch, presetó Isabel Donet desde una mesa que contó además con la presencia de Vicente Ruiz 'El Soro', Miguel Lázaro, presidente del Club Taurino y Héctor Bueno, alcade de Foios. El auditorio de la Casa de Cultura se llenó y el coloquio nos tocó verlo de pie. Paco Montesinos en División de Opiniones también ha hecho post de la tertulia. Y Paco Cano a punto de los 100 tampoco quiso perderse el acto.
Esta tarde, a las 20 horas, Fermín Bohórquez, padre e hijo, hablarán de caballos y toros.
PS: Y ya puesto, recordemos a Ruiz Miguel y también a Rafael Ortega...
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