Era 18 de marzo de 2006, la primeras Fallas que organizaba Serolo. Un cartelón: El Califa, que ese día se quedó en convidado de piedra, un Julián López 'El Juli' poderoso y arrollador y un Miguel Ángel Perera, que le iba cogiendo el sitio al escalfón en carteles de responsabilidad. Enfrente, una corrida de Fuente Ymbro, que iba afianzando su historia y las figuras se la pedían sí o sí, no como hoy precisamente.
En sexto lugar salió 'Harinero'. Nacido en diciembre de 2001, tras su lidia ese 18 de marzo del año seis fue indultado. Hoy ha muerto en el campo en la finca Los Romerales, donde en sus años de semental ha hecho eterna su bravura y en el campo ya tiene quien le suceda: Jazmín, hijo del propio Harinero, que fue indultado en 2012 en Mont-de-Marsan. Historia de la Tauromaquia y del tesoro inmenso de la genética que es la bravura .
A Harinero lo lidió Miguel Ángel Perera y para mi es un honor que en su web guarde y enseñe la crónica que escribí entonces: 'Para la historia el indulto de Harinero y los triunfos de Miguel Ángel Perera y El Juli'.
Aquella crónica:
La Fiesta se elevó a las alturas y es imposible encontrar parangón.
Fue lo que es cuando reina el toro bravo y el arte del toreo. No hay
nada más grande. Que no, que no lo hay cuando un toro embiste incansable
recrecido en su bravura y cruje el toreo al natural más perfecto. En
una verdad así de auténtica se recrearon Harinero, de Fuente Ymbro, de
545 kilos, herrado con el número 150 y nacido en diciembre de 2001, y
Miguel Ángel Perera para compartir la mayor de todas las glorias.
Harinero se ganó la vida reivindicando su bravura y Perera, al natural,
el más legítimo de los triunfos, cortando las dos orejas y el rabo
simbólicos. Para la historia.
Fue la conjunción perfecta y la
entrega total. Venía Harinero de cumplir en dos puyazos rebosante y
Perera se echó la muleta a la izquierda y a la distancia en la que sólo
embisten los toros bravos y en los medios, sin cláusulas de por medio,
se la entregó toda.
Surgió el natural, el toreo profundo y puro,
con ese temple exacto que lo hacen durar una eternidad, rebozado en la
suerte cargada. Y el toro en lo que es la bravura, la total entrega,
persiguiéndola embebido hasta detrás de la cadera. Y una y otra vez
hasta la entera conmoción de los tendidos, que cuando vieron a Perera
perfilarse con la espada rompieron clamando el indulto, que con buen
criterio se concedió.
Era de justicia, Harinero lo mereció porque
hizo, ni más ni menos, lo que tiene que hacer un toro bravo: reivindicar
su bravura. Y a Perera en el estado de euforia obligado se le
concedieron los máximos trofeos simbólicos.
La corrida de Fuente
Ymbro fue creciendo hasta alcanzar el cenit con Harinero, que salió
sexto. Antes, el quinto fue otro gran toro muy bravo también que salió
rematando en las tablas y que recibió dos puyazos en toda regla y que se
empleó una enormidad en dos soberbias series que ejecutó al natural El
Juli.
Es una suerte, que entre ayer con César Jiménez y hoy, el natural se haya reivindicado y disfrutado así.
Los
naturales de El Juli fueron obligados y exigentes, que es cuando manda
el toreo, muy por abajo y en el centro del platillo, donde se demuestra
el verdadero valor y la bravura. Y aunque fueron sólo dos series en las
que se engarzarían no más de doce naturales, lo que es también el toreo,
Soplón, que así se llamaba el quinto, quedó como exhausto. Faltaba la
firma del tremendo espadazo de El Juli. Dos orejas eran de justicia.
No
tanto la que cortó en su primero ante un fuenteymbro al que le costó
más descolgar y seguir el muletazo hasta el final sin rebrincarse. A
Julián López le faltó mayor suavidad, aunque volvió a dejar otro
estocadón que requirió, esta vez de un golpe de descabello.
Perera
también había encauzado la tarde en su primero, antes, claro, del hecho
histórico, cortando una oreja a un toro, que con sus cosas quedó en
bueno cuando le dejaron la muleta en la cara y lo torearon por abajo.
Quien
no encontró espacio en la euforia desatada fue El Califa, que venía
necesitado de un zambombazo más que nadie. Su primero, muy noble,
recibió mucho palo en varas, y se quedó con una embestida cansina. El
Califa se templó y pudo ser el triunfo, pero vino el fallo a espadas,
antes de agarrar a la tercera una estocada en la que el toro se lo echó a
los lomos.
Y tampoco fue con el manso que hizo cuarto y que se
decidió por sacar mucho genio y violencia. Incierto por el derecho, El
Califa fundamentó la faena al natural. Pero faltó el temple necesario,
de toro y torero, y predominó la violencia.
Una lastima para el
bueno de José Pacheco “El Califa” ,que no pudo compartir glorias.
Emotivo el final, Harinero volvió a los corrales henchido de bravura, la
que va a dispersar; rebosantes dieron la vuelta al ruedo, Miguel Ángel
Perera, el ganadero propietario de Fuente Ymbro, Ricardo Gallardo, y su
mayoral. Las lágrimas se hacía complicado contenerlas cuando se
presencia la Fiesta de los Toros en plenitud. Porque no, porque no hay
nada tan grande.
FICHA DEL FESTEJO: Valencia, 18 de marzo de 2006. Onceavo festejo de la Feria de Fallas. Lleno de no hay billetes.
Toros
de Fuente Ymbro, de buena presencia y predomino de la casta. El sexto
fue indultado, de nombre Harinero, de 545 kilos y herrado con el número
150. El quinto también bravo y excelente. Manso y violento fue el
cuarto.
- El Califa, vuelta al ruedo tras aviso y ovación tras aviso.
- El Juli, oreja y dos orejas.
- Miguel Ángel Perera, oreja tras aviso y dos y rabo simbólicos tras aviso.
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