25 marzo 2013

el sitio de eduardo gallo

Primera de la temporada 2013 en Las Ventas de Madrid. Dos ovaciones para Eduardo Gallo y vuelta al ruedo para Antonio Nazaré. De un encierro con cuatro toros de Torrestrella y dos de Torrealta, hubo tres con opciones, pero no fáciles. Diego Urdiales, en gris como la tarde, fue silenciado.

Fotos :: Juan Pelegrín

Un nuevo toque de atención de Eduardo Gallo. O algo más. Es su sitio, su momento que ya no es casual, la confianza en sí mismo y hasta dónde demuestra que es capaz de llegar con facilidad. Lo demuestra en cuanto tiene ocasión: más que firme en el quite por chicuelinas al primero. Si la espada le hubiese funcionado desde el 6 de mayo de 2012 hasta a ayer, seguro, habría cortado un puñado de orejas e incluso abierto alguna Puerta Grande en las cuatro tardes que ha toreado en Madrid desde entonces. La maldita espada, que no es que no funcione por aliviarse, porque de valor va sobrado. Esa es la gran base que sostiene su toreo, lo que le lleva al sitio donde se produce y el que le otorga la pureza.

Vuelta al ruedo para Antonio Nazaré from Plaza de Toros de Las Ventas on Vimeo.

Le sirvió sobre la mano derecha el segundo --temple y colocación fundamentales-- y le tenía cortada la oreja si lo mata por arriba de primeras. Y el quinto porque no quiso, porque Gallo se puso donde tenía que embestir. Desrazado. A ése sí lo mató. Ya ves lo que son las cosas.

Nazaré enseñó su zurda. Confía en ella y se confío por ahí con el tercero, un torrestrella de aires, hechuras y movimientos más equinos que bovinos. Le tragó al natural y se dio una vuelta al ruedo. Recordó aquello de que 'torear es engañar sin mentir'. No parecía querer el toro, pero Nazaré lo convenció, asumiendo el riesgo, seguro de su mano izquierda. El sexto no sirvió y para entonces la tarde de frío, agua y viento ya estaba rota.


Diego Urdiales pasó la tarde desagradable. Le faltó esa naturalidad con la que le sale o intenta el toreo. No estuvo a gusto ni con el jabonero de Torrestrella que abrió plaza, 'Veranito', muy aburrido y que se pensó demasiado si embestir o qué, ni con el supertoro de Torrealta, 647 kilos de animal. Bruto, como él solo, pero repetidor y desbordante por momentos. Lo mejor en Urdiales es que no volvió la cara.

 


PS: De recomendable lectura la crónica de la Jiménez Cano, 'Toque de atención de Eduardo Gallo'.

1 comentario:

francisco dijo...

Una maravilla y un placer con retrogusto ver la torería y empaque de Eduardo Gallo. Solo cabe darle las gracias por seguir, hoy lunes, con el gusto en el paladar de hacerle visto. Eso es el toreo, y quien no lo aprecie se irá al la tumba sin haberse enterado.