Los que merendaron un día, meriendan también al día siguiente. Varían el menú, eso sí. Ayer calabaza, hoy 'coca de llanda'. La mojaban con vino y todo. Los novilleros no tendrán con qué triunfar, pero ellos merendando ya hacen buena cada tarde.
La tarde tuvo apoderado de revista. Fran Rivera es el mentor de Tomás Campos, quien no anda mal pero en València pudo estar algo mejor. El caso es que le daba el toque glamour. Fran entre barreras y su chica, Lourdes Montes, bien cerquita y bien guapa ella, todo hay que decirlo.
Fueron la nota de sociedad de una más bien insulsa novillada, que tuvo su punto álgido cuando uno se arrancó al cante. Se calló la plaza, Vicente Soler hizo una pausa en su faena y casi se podría decir que la oreja al final tuvo que ser a partir entre Soler y el cantaor.
No tuvo mal aire el abrochadito de Vegahermosa y Soler dio la talla. Pero el cantaor mereció mayor premio. Se le veía feliz con el trabajo realizado. Vaya chorro de voz, ¿no?
Si no es por él, no hay ni titular de crónica. Y no por el empeño de los novilleros. Sino que se lo digan a Jesús Chover, que puso todo su afán en hacer de todo. Pero al final siempre le quedaba muy poco novillo enfrente, o menos todavía.
El quinto tuvo un poco más de carbón dentro de una pésima novillada de Jandilla-Vegahermosa. Emoción al menos puso en el tercio de varas derribando al caballo y poniéndolo patas arriba con facilidad.
Pero quien sí se llevó la peor parte fue Vicente Soler con una muy fea voltereta. Prendido a peso y sotenido por las nalgas sobre el pitón, una muy fea caída y la paliza de rigor ya en el suelo. Pudo ser bastante, pero al final no fue nada.
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