24 marzo 2014

un análisis de las #fallas14, partiendo de las fallas del 68

En las corridas falleras de marzo 1968, en las que además se celebraba la inauguración de la reforma de la Plaza de toros de València, se celebraron siete corridas de toros y ninguna novillada. Repitieron un total de ocho matadores, el más veterano de ellos contaba con 18 años de alternativa. Entre los hierros anunciados no aparecía el apellido Domecq entre sus propietarios. Se concedieron dos alternativas y los dos repetían actuación en la misma feria. Además de ellos, el ciclo contaba con la presencia de otros tres espadas con menos de tres años de alternativa.

En la Feria de Fallas 2014 se celebraron ocho corridas de toros, tres novilladas, una sin picadores y una de rejones. El más vetarano de los espadas anunciados cuenta con 24 años para 25 años de alternativa. Resultó ser uno de los triunfadores y además fue el único herido de gravedad. Con él, doblaban presencia tres matadores que se repartían en solo tres de las ocho corridas de toros. También hacía doblete un novillero. Se ha concedido una alternativa y, además del nuevo, con menos de tres años de alternativa sólo había un matador de toros. Entre los hierros anunciados, hasta tres cuentan con el apellido Domecq entre sus propietarios y a la mayoría (todos menos dos) les viene por ahí su procedencia.

Son datos comparados a grandes rasgos y que invitan a la reflexión. Pero a partir de ahí, una evidencia: la Feria de Fallas 2014 ha arrojado evidentes datos positivos, sobre todo en lo referido a las emociones deparadas por lo sucedido en el ruedo. En eso la primera gran de feria de la temporada ha dado la razón a las grandes figuras. Y ahí las Fallas han acotado semejante distinción, aportando la cordura necesaria y ha indultado sin ninguna duda a Enrique Ponce, Julián López 'El Juli' y Morante de la Puebla. Toreo, sangre, capacidad, pundonor, entrega y torería han marcado la diferencia. También por haber elegido la ganadería que, por casta y bravura, se ha distinguido sobre las demás: Victoriano del Río, corrida con la que se cruzaron Ponce y Juli, y con la que ambos también, por cierto, van a San Isidro.


Pero sigamos. Según nuestros modestos cálculos, entre el 8 y el 19 de marzo por la plaza de toros de València han pasado unos 90.000 espectadores. La media supera más de la mitad de aforo cubierto por tarde. El lleno se alcanzó o se rozó en tres tardes. Precisamente esas que se repartieron los cuatro que hacían doblete en las corridas falleras. Una pena que no se abran ciertos carteles, una pena que se hagan carteles con candado. Eso en 1968 no pasaba.

Las Fallas, como la gran fiesta de la ciudad de València, cada vez se van decantando más hacia el fin de semana, perdiendo peso la fecha del 19 de marzo, más si ésta cae entre semana. El ciclo de toros se ve en la misma tesitura. Defiende con problemas los carteles que caen en los días previos al 15 de marzo y, sobre todo, si estos son entre semana. Este año solo a partir del viernes 14 de marzo se logró superar con creces la mitad del aforo.

LA FUERZA SOCIAL DE LA TAUROMAQUIA: TRENDING TOPIC.
Lo que se ha vuelto a demostrar una vez más es la fuerza y trascendencia de la tauromaquia. El estallido del toreo fue más allá y el termómetro de las redes sociales midió al alza los sucesos de Ponce, Morante, Manzanares, Duque o Victoriano del Río. Es un dato a tener en cuenta y es conveniente no dejarlo pasar desapercibido. El toreo se reivindica solo como demuestra esto, pero si alguna vez decidimos darle un pequeño empujon seguro que será mucho mejor.




LA GRAN DIFERENCIA.
Enrique Ponce con un solo toro marcó la diferencia. Por toreo, capacidad y la evidencia que deja la sangre tras una cornada que pasó a milímetros del precipicio. Era una vez más el gran protagonista al iniciar su 25 temporada como matador de toros y lo que se suponía un homenaje y un nuevo reconocimiento, acabó por ofrecer otro nuevo gesto, otra razón más por la que se llega hasta donde se llega y cómo se llega: Ponce cuaja al toro, uno de Victoriano del Río; Ponce se vuelca como si estuviera empezando en esto para amarrar el triunfo; Ponce se levanta herido y todavía le da por ver si le concedían las dos orejas. Inapelable. En las Fallas de 2014 volvió a marcar las diferencias.

GANÓ EL TOREO.
Ha sido el gran reconocido de las Fallas: el toreo. Pero el toreo sutil y no forzado. El toreo natural, sin estridencias. El toreo que trata a las telas como si de la más cara seda se tratase. Podría valer el análisis de Paco Aguado para eso. Lo firmo 100%. En Fallas ganó el toreo que imprime el mando desde el sutil vuelo de capotes y muletas, sin posturas forzadas ni gestos excisavemente tensos. En el cuadro de honor el capote excelso, las verónicas inolvidables del 15 de marzo y 19 de marzo de Morante de la Puebla, el pellizco de Finito de Córdoba que se convenció e hizo el toreo como lo siente, como si desvelase un misterio. Incluso Jiménez Fortes se podría apuntar al club de los que triunfaron toreando de forma sutil, con los vuelos.

EL TORO ESTUVO A LA ALTURA (O MÁS).
Incluso en las corridas que menos satisfacciones reportaron, como Adolfo Martín, Núñez del Cuvillo o Zalduendo, saltaron toros con interés y matices para desentrañar toreando. La corrida de Victoriano del Río marcó en el aspecto ganadero la difenrencia, aunque el jurado de la Diputación le haya concedido a Fuente Ymbro un premio con tufo a tongo y mangoneo. El mismo jurado que le birló el premio de toro más bravo a 'Copito', de Victoriano del Río. De correcta presentación por lo general, aunque siempre se podría pedir algo más de cara al toro de València, el nivel ganadero ofreció muchas y buenas opciones. En otro post hemos desarrollado mejor este punto destacando a once toros de Fallas.

EL TRIUNFADOR.
Julián López 'El Juli' fue el triunfador absoluto de las #Fallas14 saliendo por las puerta grande las dos tarde que estuvo anunciado. La tarde del 18 de marzo con la corrida de Victoriano del Río ofreció un mayor registro de sus capacidades plantando cara a los peligros de uno, inventándose un toro muy desfondado y también estando a la altura del bravo 'Copito', al que por cierto no acabó por reducir. En la corrida de Garcigrande cortó dos orejas tras una faena contundente y sin grietas a un toro de sin misterio al que se le perdonó la lidia de un toro bravo, porque ya salió de chiqueros entregado.

LAS PUERTAS GRANDES.
La primera fue para el novillero Jorge Expósito. Arrasó José Garrido en la tercera novillada. Jiménez Fortes, tras una tarde con mucho trasfondo, también se fue a hombros. Daniel Luque también se coló por ahí en un tarde en exceso triunfalista. Manzanares con la de Juan Pedro Domecq y el 18 de marzo Jesús Duque, con El Juli y un Ponce que también debió salir, pero que se fue por la de la enfermería. Diego Ventura, a caballo. Y, ojo, en la sin caballos los tres: Roca Rey, Aitor Darío 'El Gallo' y Jorge Rico.

GESTOS Y DUDAS.
Antonio Ferrera hizo el gesto de venir a València solo cinco días después de haber sido cogido en Olivenza. Su actuación mereció premio, la gente pareció no enterarse. Gesto a priori también era el del novillero Román con dos tardes anunciado para acabar en duda tras unas actuaciones en las que no acabó por encontrar luz. Tal vez por los altos objetivos planteados, por un exceso de presión o a lo mejor porque su toreo no brotó de forma natural, de la misma emoción interna y sí, por contra, como acción mecánica en busca de un triunfo que no llegó y un exceso técnica que le llevó a dudar demasiado solo por meros enganchones.  Iván Fandiño, que parecía que tenía más que hecho lo de la salida por la Puerta Grande, y lo tuvo en la espada, toreó en exceso en búsqueda del triunfo. Fácil, sobrado, con menos toro del que mide mejor su tauromaquia, pero también muy tensionado e incluso acelerado en los momentos que más fácil lo veía. A lo mejor se trata de soltar lastre en los casos de Fandiño y Román. El gesto relajado de Sebastián Castella ante una floja corrida de Zalduendo causó grata impresión, justo al contrario que un Miguel Ángel Perera sin soluciones y obcecado en una misma tauromaquia también hizo dudar en su paso por Fallas. Y más dudas, por último, las que depara el cartel mediático, sobre todo, por el triunfalismo que genera y la distorsión del espectáculo que provoca. Porque más allá de ser un cartel rentable hoy para los apoderados-empresarios, esta edición, pese a celebrarse en domingo, no arrastró a tanto público o no más del que arrastró el mano a mano Castella-Perera, por ejemplo. ¿Quién demanda un cartel así? ¿El público? ¿O los taurinos que hacen caja con los toreros en nómina?

SE PUEDE MEJORAR.
Se puede evitar el cartel mediático, porque estas Fallas se ha demostrado que a quien beneficia de verdad es a los propios taurinos y que al público que va todos los días y a la propia identidad de la Plaza de toros de València, no. Se debe abrir el candado de los carteles cerrados, tratar de renovar nombres. El reto es que esos tres días de lleno pasen a ser cinco. Las Feria de Fallas 2014 dice que es posible si el toro aparece y las figuras son los pilares.


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