27 mayo 2014

#sanisidro14/ autoengañarse o no

Fotos :: Juan Pelegrín - Las Ventas
En Madrid no valen las medias tintas y menos tratar de encubrirlas. La sinceridad en el mundo del toro de un tiempo a esta parte no es que cotice al alza precisamente. El lenguaje velado de la neotauromaquia no ha dejado de buscar circunloquios absurdos para engañar y autoengañarse. Por eso que un novillero llegue al callejón y diga y se diga en voz alta "no he cuajado al toro" casa perfectamente con los resultados de unas elecciones europeas que la víspera dieron un hostión tremendo al poder establecido y a su lenguaje tergiversado.

El sincero fue Román. Y el que no se pensó dos veces en sustituir a Martín Escudero y volver a Las Ventas con la alternativa a la vista, también. Dos ejemplos en uno en la última novillada de la isidrada, que quedó movida tras no pasar completo el lote de Guadaira y tener que ser remanedado con tres de Montealto, que salieron en la segunda mitad. Las mejores embestidas las puso el tercero, de Guadaira, y de ellas dispuso un Posada de Maravillas sin provocar un olé más allá de un puñado de verónicas y una sabrosa media. Justo de raza, tuvo como primera virtud la prontitud. Se vino siempre con pies y buscó las telas por abajo de forma más que apta por ambos pitones. Las faena y las embestidas se le amontonaron a Posada.



El primer Guadaira se defendió siempre desde su escasa casta. No quiso embestir. Solo ofreció arreones que le tragó un Román que no evitó la voltereta. Su disposición quedó patente. Lo mismo que la de Gonzalo Caballero, que ya con ése se echó el capote a la espalda y quitó por gaoneras a un novillo con la cara por las nubes. Tampoco se libró de la voltereta. Pero ya en su turno Caballero disfrutó de un mansito más agradecido en el último tercio después de la buena brega de Curro Robles. El inicio con toreros y templados doblones quedó ligado a una primera tanda muy vertical, encajada y asentada que recogió los mejores muletazos de la tarde. Hubo otra más en ese mismo concepto. Por el izquierdo no era igual ya el novillo, por donde ya pasaba a media altura sin emplearse. Muy sentidos los pases de pecho, por cierto.


Solo el tercero de Guadaira ofreció auténticas opciones triunfo. La segunda mitad con los Montealto no mejoró. No hubo novillo que rompiese. El cuarto embistió con el freno de mano echado. Sin romperse tras las telas, protestando rebrincado y haciendo difícil el pulsearle una embestida sobreviolentada. No ofreció dos embestidas iguales a la muleta de Román, que ya sintió las exigencias de Madrid. Inició por estaturarios en los medios, donde planteó la faena. Cuando le ligó la mejor, por limpia y mandona, tanda a derechas cambió a la zurda, por donde tuvo que empezar todo otra vez. Por ahí surgieron dos naturales con el sello del valenciano. El novillo protestó más y más que recortó su viaje. Buena estocada. Ovación y sincera autocrítica en voz alta. Algo que tantísima falta hace en el toreo y en la vida.



El quinto tuvo serios problemas en los apoyos delanteros desde que salió echando las manos por delante. El inicio de Gonzalo Caballero por estatuarios no ayudó. Y el sexto, altó de cruz, suelto de carnes y de expresiva nobleza, no encontró excusas a favor ni por parte de Posada de Maravillas ni de su cuadrilla, muy por debajo del nivel que requiere una plaza como Las Ventas. Deparó unas cuantas arrancadas ese sexto. Posada, mal. En el temple, en el mando, en la (no) elección de terrenos... En fin, lo del titular, vaya.

PS: Por cierto, buena tarde con los palos de Miguel Ángel García (abajo). Raúl Martí quiso hacer las cosas con gusto. Y lo dicho, Curro Robles muy bien en la brega al segundo. Y César Fernández con el cuarto, también,

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos a ver, si un novillo tiene movilidad y transmisión, ¿como le puede faltar entrega? El cuarto novillo no ha parado de galopar y de embestir y tenía un pitón izquierdo de escándalo, que cantó ya en el recibo. Por ese lado iba profundo, metiendo la cara y sin hacer ningún extraño. Román basó la faena en el derecho, por donde el novillo era menos claro (pegaba tornillazos, humillaba menos...) y en la pocas tandas que lo intentó por ese pitón, fue desbordado. Hubo pocos pases en que el novillo no le tocara la muleta al valenciano. Román muy por debajo de ese novillo, mucho. Novillo para cortarle las dos orejas y encumbrarse. Eso sí, fetén la estocada con la que lo mató, tirándose muy derecho: en el sitio y hasta la bola. Y el otro novillo de lío fue el tercero, que no paró, iba por los dos pitones. Era, eso sí, más difícil, por pegajoso (encastado), necesitaba una mano muy firme (¡que gran novillo!) y arreó el aire demasiado en esa faena. Aún así, vi mal a Posada: muy rápido, trallazos y sin mandar. Igual en el sexto, otro novillo con posibilidades, sobre todo por el pitón derecho. Los trallazos de Posada los descompusieron y el novillo fue poco a poco pegando tornillazos en respuesta a una muleta que le quitaban de la cara. Realmente, excepto el primero, un novillo muy encastado y que se fue orientando hasta ponerse imposible (pero que no paró de embestir, y eso que estaba justo de fuerzas) y el quinto (muy flojo) el resto tuvo opciones de una forma o de otra. En el segundo, Caballero estuvo bien pero el novillo fue tardeando poco a poco y el novillero abusó de echarlo algo hacia fuera en muletazos faltos de mando que provocaban que el novillo se quedase adonde le diese la gana, de forma que al girarse el novillo no veía muleta, que era lo que debía ver para repetir (era ese tipo de animal) de tal forma que las series se fueron cortando cada vez más, perdiendo continuidad una faena por otro lado bien planteada (se quedó muy quieto y la ponía de verdad, aunque luego no rematase bien, llevando al novillo donde el quisiese).
Un saludo
José

Unknown dijo...

Hola José,

La movilidad y la entrega no son lo mismo. La transmisión, sí, puede venir de la conjunción de ambas, entre otros factores.

Vi al cuarto mentiroso. Como digo, embistiendo con el freno de mano echado. Zabala define a ese cuarto así: "un corpulento cuarto de mucha y falsa movilidad, sin entrega alguna."

De salida en los burladeros se frenó a tres o cuatro metros antes de llegar a las maderas. El inicio capotero de Román no es bueno. Quiere ponerse a torear antes de tener fijado al toro. Toro difícil de templar, más por su embestida defensiva. Le cuesta romper adelante. Logra una tanda buena por el derecho. No sigue por ahí y pierde el hilo de la faena. Por el izquierdo todo es volver a empezar saca solo un par. El toro no mejora. No fue fácil. Encastado, tal vez. Pero de poca y falsa entrega. Dos fallos en Román: el inicio de capa y el manejar mal los pitones.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Por favor, Zabala no, por favor. Creo que si alguien usa un lenguaje tramposo es él, que echa siempre (o casi) la culpa al toro de que las faenas no cuajen. Para él, el toro debe ser carretón o no ser. ¿Para qué está el torero entonces? Me parece además algo incoherente. Ej. Es alguien que habla de que las hechuras lo son todo (hoy mismo) y pone como ejemplo la novillada de Paco Medina, una gran novillada en presentación, y ¡solo embistieron dos novillos! ¿En qué quedamos? La fea novillada de ayer embistió más que la guapa de Medina. Yo estoy harto de ver corriditas muy guapas que no embisten. Lo siento pero no acepto a Zabala como criterio de autoridad. Tendríamos que hablarlo largamente, sobre todo lo del nuevo lenguaje de la crítica, que me parece sesgado y algo orweliano. En cualquier caso hay otros críticos que ponen bien al cuarto novillo (Lorca, Amorós...) ¿Quien lleva razón entonces? Ciñámonos si quiere a nuestra visión.

Vamos al lío: yo, desde la grada del 4, no vi, para nada, mentiroso al 4º novillo. Los hechos: la salida no la recuerdo bien, puede que se frenara. No suelo tomar demasiado en cuenta las salidas (siendo importantes) ya que los toros se están ubicando al nuevo sitio al que acaban de entrar. Demasiados toros han salido espectacularmente (ayer mismo el 5º, que fue el que no tiró a toriles y acudió con tranco boyante a los burladeros luego fue el más soso, el más blando, el más "mentiroso") y se han venido abajo y al revés. Recuerdo que en el recibo el novillo canta el pitón izquierdo. Mete la cara de lujo, o sea, largo y con clase. Creo que hacer el esfuerzo de meter la cara desde un punto a otro por abajo requiere esfuerzo, y el esfuerzo requiere entrega, creo. Hacer el esfuerzo es entregarse. Digo yo. Si no hay entrega no metes la cara tan bien, tan abajo, de un punto a otro (con recorrido). Recuerdo también que el novillo cumplió en varas (lo digo porque yo no aplaudo arrastres sin un mínimo en varas y yo aplaudí ayer a ese novillo). Seguramente sin pasarse. Y luego en banderillas el novillo empieza a galopar alegre, pronto, y sigue cantando el pitón izquierdo. Deja ver que por el derecho protesta algo, no va tan largo, no humilla del todo. De todas formas, en banderillas creo que le pegan mil capotazos. Pero el novillo no se descompone, lo que hubiese sido normal en un animal sin entrega, que gasta la poca entrega en los capotazos o se desengaña. Pero no, el novillo sigue alegre. Si, ya sé, la movilidad no es entrega completa, aunque la movilidad es punto de partida de la entrega, ya que el animal ya empieza a dar algo, por decirlo así. Pero es que en la muleta el novillo siguió metiendo la cara profundo, abajo y largo y sin extraños por el izquierdo. ¿Por qué no hay entrega entonces? No lo entiendo. Por el derecho no era claro, de acuerdo. Pero es que el pitón no era ese. Y hacía algo de aire, era dificil ponerse con la muleta sin ayuda (aunque creo que hizo más aire en el tercero). Me pareció un novillo dificil por la calidad excelsa del pitón izquierdo, que descubre a los toreros. Y porque no era el típico carretón. Sí que se orientó algo por el exceso de capotazos. Y es normal que descubriese a Roman, que al fin y al cabo está empezando. Era dificil estar a la altura de ese pitón. Habia que mandar mucho, no era un carretón, insisto. Pero vamos, un novillo que cumple en varas, es alegre en banderillas y regala un pitón izquierdo de lujo en la muleta. ¿Como podemos acusarle de mentiroso? Por Dios, me parece una injusticia total con una lucha tan franca por parte del animal. Mentiroso es el que pega arreones, el que arrea en varas y luego no quiere nada, el que se para, el toro al que lidian de maravilla y no quiere... pero este, perdón pero me parece que no.

En fin, es mi punto de vista. Un placer discrepar.
Un saludo
José

Anónimo dijo...

P. D.: Ahora mismo empiezo a dudar de si la lidia mala fue al cuarto o a otro novillo (sexto). Lo dejo ahí ya que no estoy seguro. Tendría que ver el video. Cosas del directo.
Un saludo
José

Unknown dijo...

La peor lidia fue en el sexto. A la novillada en general se le ayudó poco. Román con el cuarto, Gonzalo Caballero o Posada con su lote pudieron y debieron estar mejor. Ahora un toro con casta, entrega y algo de bravura, para mí, solo hubo uno: el tercero.