Que nadie a partir de ya me pregunte por cómo está o cómo le va Rosanna Cabo. Seré tajante: eso es vergonzoso machismo, y más si me lo pregunta una mujer. Que lo dice Pablemos. ¿Estamos?
Bueno, y ya que estamos contaré una anécdota que va por ahí. Resulta
que un amigo de mi abuelo, ambos de la quinta del 16 --de los que fueron
a la Guerra Civil y se pasaron cinco años de mili--, por rojo era muy
mirado también en esas cosas hasta el punto de nunca referirse con un
posesivo a su mujer... Se refería a ella
siempre como 'La Señora Concha' por eso de que la mujer con la que convivió
y formó familia no era de su posesión. Así, nunca decía: "mi mujer o mi
compañera tal y cual". Decía, siempre, "la señora Concha esto y lo
otro". Además de rojo, resulta que también era (buen) aficionado a los
toros, pero sus principios tanto al hablar como al disfrutar de la
Tauromaquia eran inamovibles. Y así, por su condición de rojo, me dijo
una vez, nunca vio torear a Manolete por su vínculo con la propaganda
del régimen ni pisó la Plaza de Toros Valencia mientras la gestionó la
empresa de Madrid. Ya ves qué cosas. Para él, el mejor torero que vio,
me lo contó el día que mi padre se volvió a casar, fue Domingo Ortega.
Ese amigo de mi abuelo El Xufero era el Tío Cebolla. Qué putada, por
cierto, para el Tío Cebolla cuando Ortega y Manolete compartiesen
cartel.
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