En los montes de Vizcaia y en las faldas de los Pirineos, subsisten
en libertad 400 cabezas de la raza más antigua europea. El Betizu, o
“vaca arisca”, es el descendiente directo del uro, y como tal un
vestigio del neolítico. De su seleccion surgio la casta navarra.
De la casta navarra surgieron a su vez en la Edad Media los
primeros juegos taurinos, y de aquellos las bases del toreo acrobático
de los matatoros vasco-navarros que popularizó Goya. Desde el siglo XIV
fueron los primeros profesionales de a pié, tres siglos antes de que
surgieran los de Sevilla y Ronda.
Seguir la huella de la casta Navarra y de sus matatoros,
permite entender la riqueza de un arte que, antes de pulirse en
Andalucía, existió cuatro siglos en el País Vasco, en su forma más
ancestral. Una realidad histórica inapelable que, sin embargo, los
ideólogos separatistas prefieren ocultar.
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