Me encanta la foto. El toreo se ve en las manos de Victorino, también en la mirada atenta de Saúl o en la
perdida de Román... el toreo se aprende y también se explica; sobrevuela y se siente. En todos los casos, siempre es cosa de privilegiados.
Día de tentadero en un templo: casa Victorin Martín
Ahí van más...
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