
A veces es conveniente volver a las raíces. Ir hasta donde la
tauromaquia es pueblo. Ir, por ejemplo, hasta Cella. Y abrazar el toreo
a lo ancho y a lo largo. Familias enteras, afición sin límite de edad
ni complejos adquiridos por el burdo marketing animalista. Casi lleno en los tendidos.
2.000 personas alrededor del círculo; 2.800 habitantes tiene Cella. Una
novillada cuidada. Cartel interesante. Luis David Adame, a las puertas
de Bilbao y a días de su alternativa en Nimes. Uno de L'Alcora
--Castellón y Teruel siempre se retroalimentaron--, Sedano Vázquez, para
debutar con picadores. Y la guinda del rejoneador Sergio Domínguez.
¿La guinda he dicho? La guinda y lo que hacía obligado
acudir a Cella era que en chiqueros había dos novillos de Los Maños y
otros tantos de Fernando Peña, más uno de Sorando para rejones.
Los santocolomas de Los Maños fueron puro lujo. Tesoro
de la casta abierto en honor de esa afición y raíces. Si al primero,
'Borroso', se le apuntó gran calidad y por ello se le premió con la
vuelta al ruedo póstuma, el quinto fue ejemplo de bravo por sus virtudes
y dificultades y fue indultado con pocos peros. Una alegría y gorda
para el pueblo, pueblos como Cella, que siguen echando las raíces de la
tauromaquia para que se agarren más fuertes todavía con tarde así.

Luis David Adame estuvo sobrado con el primero, el tal
'Borroso' de Los Maños, al que cuajó ya de salida con de capa y al que
quitó por chicuelinas. Novillo para enmarcar por su clase y nobleza.
Adame a placer por ambos pitones y en los medios, muy despacio y con
mucho temple. Empezó a derechas, gozó al natural y el pitón izquierdo
hizo mejor al diestro. Muy metida la cara, ajustado el embroque, solo el
remate algo desentendido al final de las suertes le restaba intensidad a
la faena en la que Adame estuvo fácil en exceso. Por duración, clase y
nobleza 'Borroso', que era cardeno oscuro y bragado, algo abierto de
pitones y bien hecho, fue premiado con la vuelta al ruedo póstuma.
Habría que esperar hasta el quinto y último para que
saliera el otro de Los Maños. Esta vez de hechura era muy zancudo y vareado,
estrecho de sienes, de poca cara, pero astifino y algo tocadito hacia arriba. Negro de capa. 'Palmero' su nombre.
Lo que parecía una papeleta para el novísimo Sedano Vázquez enseguida se reveló en temple y entrega; muletazos de larguísimo trazo y una embestida humillada, pronta, exigente y de repetidora cadencia. Sorprendió la bravura preclara cuando conforme Sedano también hacía por prolongar y mandar con el pecho. Mejor cuanto más hacia los medios. Sobre las diestra y mejor todavía al natural. La bruvura exigente del novillo que quería arrancar la muleta cuando apenas la tocaba y la forma de pedir un muletazo y luego otro sin distraerse. Fijo y por abajo. Mando necesario. Obligado. Al menor descuido ganaba la acción, reponía o te avisaba, por arriba te tengo. Mérito de Sedano Vázquez estar a la altura del 'Palmero' de Los Maños. Por cierto, esto de Los Maños y los castellonenses es retroalimentación: antes que Sedano fue Varea quien indultó un novillo de Los Maños en Zaragoza. 'Palmero' se indultó sin discusión y Sedano cortó las dos y el rabo simbólicos.

Se merecía echar dos novillos como 'Borroso' y, sobre todo, como el bravo 'Palmero' la familia Marcuello tras la tragedia de Teruel con la muerte de Víctor Barrio. La suerte o la mala suerte no debe tapar el magnífico trabajo de esta familia ganadera.
Los de Fernando Peña vulgarizaron la tarde. Manejable simplemente el segundo, le sirvió al de L'Alcora para cortar una oreja sin historia. El cuarto debió ser devuelto a los corrales por inválido. Ademe abrevió. Del capítulo de rejones decir que Sergio Domínguez fue de menos a mas. Espectacular en lo accesorio. Se quedó con solo una oreja por fallar con el rejón de muerte.
Adame, Sedano Vázquez y el mayoral de Los Maños salieron por la puerta grande en el remate de la que ha sido la primera tarde de toros (completa) en compañía de mi hijo.

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