Antes, recordar algo que ya recogieron varios blogs hace una semana. Aquella entrevista a Luis Francisco Esplá en el XL Semanal de la que extraigo una pregunta/respuesta, ésta:
XL. ¿Ha cambiado el mundillo taurino desde que usted empezó?
L.F.E. Muchísimo. Mira, éste era un mundillo que daba personajes muy peculiares, gente con mucha gracia. Pero había siempre arte, y un trasfondo bohemio que lo redimía al final de todas las sinvergoncerías. Había tipos dispuestos al pillaje, pero, en el fondo, existía ese código bohemio del que te hablo, y redimía cualquier acción de este tipo. Ahora no. Ahora no tienen gracia. El objetivo es siempre el dinero. Dinero que a veces no existe. Se ha convertido esto en un negocio de pillaje barato, sin gracia. Incluso la personalidad que tenía el torero acababa por volver locos a los intelectuales. Hubo un tiempo en que eso fue así. Toreros como Belmonte, que venían del pueblo, eran capaces de resolver preguntas y planteamientos casi filosóficos. Ahora ya no. Mantengo hacia ese mundo un divorcio porque no me interesa el tipo de personajes que pululan por ahí. Salvo algunas excepciones, no me interesan los taurinos.
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Viene al caso por el lamentable espectáculo ofrecido ayer entre taurinos tras la confirmación de los carteles de Fallas. De vergüenza todo esto, que no merece la pena transcribir.
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Para ir pasando la tarde va sonando Interpol, su disco Turn on the Bright Lights (2002).
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