para tipos listos

La de Victorino fue complicada, una corrida para tipos listos. No para andarse con remilgos. Un denominador del encierro fue que siempre se dejaron dentro gran parte de lo que llevaban. Son cosas de la casta, y los victorinos se la administraron, y menos mal. Domingo López Chaves jugo con fuego con tremenda seguridad. Uceda Leal se justificó, sobre todo en el primero, y bastante hizo con acabar con el cuarto. A César Jiménez le quedó grande la apuesta. Sobre todo en el sexto, por la fecha, el escenario y sus circunstancias, que merecían más. En fin, que hubo casta administrada. No bravura preclara, humillada y entregada, vibrante y de verdad. De ésa ni por asomo, por eso cabe la calificación de petardo (encastado).