24 julio 2007

apuntamos a miguel tendero

A veces pasa que te encuentras con un novillero de formas y conceptos especiales y al que echándole un poco de imaginación le barruntas carrera de éxito y triunfos. Pasó con Miguel Tendero, albaceteño, que maneja con gusto y temple las telas. Dio una vuelta al ruedo en su primero y si llega a manejar con tino el acero en el sexto lo sacan en volandas por la puerta grande.

Torero, recibió a éste ganando terreno y asentando las zapatillas en su toreo a la verónica. Más todavía el arranque de faena, suave, intercalando los pases por alto y por abajo, y entre ellos un trincheranzo que fue un monumento. Miguel Tendero cuajó el redondo en un palmo de terreno, y de tres series al natural, fue la segunda la mejor, arrastrando la muleta agarrada por el centro del palillo a un palmo del suelo. Faena grande en la que se mostró también inteligente y resolutivo, capaz de sacar a relucir las virtudes del de Collado Ruiz, y no sus defectos como era la falta de fuerza.


Porque fue de falta de fuerzas el principal inconveniente presentado por una novillada bien presentada, que en conjunto fue noble. Sólo, por esa misma endeblez, el primero de la tarde se avisó antes de hora y le complicó las cosas al otro albaceteño del cartel, Juan Luis Rodríguez, que apuntó buenas maneras pero sin redondear.

Miguel Giménez, de la Pobla de Vallbona, tendrá que madurar. En su primero apuntó voluntad, mientras que al parado quinto no acertó a provocarlo.

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