02 enero 2008

esas cosas de la iglesia y feliz año

Seguimos y estamos aquí. Como el año pasado me he metido por el interior de Teruel pertrechado de abrigo, estufas, rones, pacharanes y amigos, a pasar frío y echar unas risas y algo más. Que todo tiene su momento. Y estos navideños no han sido especialmente operativos para esta bitácora. Todo se ha mantenido màs o menos en calma. Salvo los sucesos de Paquistán, las revueltas post-electorales en Kenia, las cooperantes de Médicos sin Fronteras secuestradas en Somalia y poco más ha llegado hasta mis oídos en estos días en los que parece que todo se para y lo que sucede suena como el eco, alejándose.

De hace un año tenía fresco el recuerdo, y supongo que no he sido el ùnico, del dìa 30 de diciembre de 2006. Inevitable, fue cuando ETA reventò la Terminal 4 y el nuevo regimen impuesto en Irak le daba a Sadam Hussein lo que estimó era su merecido. Fue un dìa de esos en los que no queda otra que preguntarse pero qué mundo es èste.

Un año después esperaba un acontecimiento a la altura. No de calibre similar, pero que estuviese ahí. No meramente violento. No tenìa porqué, pero sí que se aprovechase del vacío de las fechas. Y si a Hussein lo colgaron un dìa en el que el mundo occidental suele estar pensando en otras historias o ETA aprovechó la misma fecha para que su ruido retumbase màs, se puede decir que la Iglesia española optó por la segunda opciòn en la agonía de 2007, y el vacìo informativo lo llenò con un macro-acto-polìtico-catòlico-propagandìstico. Fueron los obispos el atentado de final de año, auténticos talibanes que no conocen la vergüenza.

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