29 febrero 2008

la sobredimensión

El comienzo de temporada de José Tomás fue de nuevo un auténtico acontecimiento y la plaza de Castellón, con el cartel de no hay billetes colgando en las taquillas, lo vivió como tal. Luego al espectáculo le faltaron muchas cosas para estar a la altura aunque la sobredimensión y los titulares, triunfo, dos orejas y salida a hombros del gran protagonista, tapasen lo que no hubo: toro.



La corrida de Jandilla seleccionada careció de trapio, casta y poder. Es decir, fue descastada y muy floja y por lo tanto no planteó mayores problemas que los propios de la mansedumbre y la falta de fuerzas. Contaban los aficionados en el tendido que hasta once animales pasearon por corrales en el reconocimiento para completar un lote de seis. Dicho esto, me parece necesario recordar que Castellón es plaza de segunda categoría y que como tal se cumplió el reglamento en varas, a lo seis jandillas los aviaron con un puyacito, y que la de la Magdalena es la primera feria de la temporada.

José Tomás no se libró de las protestas a la presencia y carencia de fuerzas de sus dos toros. Después sucedía lo contrario y el público se entregaba al de Galapagar sin contemplaciones. Razones, la pureza de toreo, su quietud y aires místicos que le diferencian. Ya no importaba entonces que en el ruedo corretease una birria por toro; era José Tomás el que derramaba todo el dramatismo situándose en los límites de la razón y ajustando cada lance, cada muletazo, tanto que parecía que por allí no pasaba un alfiler.

La primera faena estuvo argumentada al natural, largos, ligados sin enmendar terrenos y templados pero faltos de mando excepto contadas ocasiones, tres, que se remataron donde toca. El epílogo fue por manoletinas y la muerte un meteisaca en los bajos y estocada.

Para el quinto, un jandilla embestidor pero sin ninguna entrega, José Tomás prendió fuego a la pasión atornillando la planta de manera literal en dos ocasiones, primero con un quite por gaoneras espeluznante, luego en el inicio de la faena de muleta de seis estatuarios. Luego lo pasó a su aire, obligando lo justo porque el animal perdía las manos a la mínima, hasta que de nuevo el argumento fueron los naturales y la quietud. Ofreciendo la panza, ajunstando la suerte y templando, la faena se vino arriba y un trincherilla desató la locura. El espadazo arriba y las dos orejas.



Completaban el cartel Luis Francisco Esplá y Matías Tejela. Esplá en un escenario que no es el suyo, acabó desorientado a la muerte del cuarto que no le puso las cosas fáciles, y se fue a buscar el burladero de cuadrillas a los tendidos de sol. En el primero estuvo vistoso, sin más.

Matías Tejela cortó una oreja al primero de su lote tras una faena a la que le faltó compromiso visto lo visto. Es decir, echar la pata adelante y no abusar tanto del pico. Con el sexto intentó en balde sumar otra oreja para acompañar en la salida por la Puerta Grande a José Tomás, pero primero el toro que no estaba muy la labor y luego varios pinchazo dieron al traste con la ilusión de tan bonita foto.

PD: En cuanto sea posible, el video.

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