José Tomás no está en Madríd, dice su apoderado Salvador Boix, por un diferencia mínima. Dice el empresario que no es tan mínima.
Planteo, aunque bien podría tratarse de una afirmación, que de estar se hablaría de otros mínimos, los del toro. Como dice un colega, el que exige el todo-todo: pasta (gansa), cartel, fecha, ganadería, compañeros y, como en casa, el mando de la tele; le pone pegas al toro-toro. Por lo tanto, la no presencia de José Tomás en San Isidro no deja de ser una cuestión de mínimos. Es decir, que tanto da. Que hay otros, con conciencia y responsabilidad de torero, que saben que es necesario pasar por Madrid cada temporada, y me refiero desde el propio Ponce hasta el bueno de Sánchez Vara.
Cómo era aquello... vivir sin torear no es vivir. Y ahora qué, si tan espiritual quedó la frase en su día, ¿por qué ahora tanta economía? ¿Somos estúpidos o qué pasa?
PD1: Los portales, Burladero y Mundotoro, tienen sus bocetos de San Isidro y sus periferias. Y los aficionados ya van echando en falta a unos y otros. Por poner, pondría a uno que ya debió estar en Fallas, y aunque sea un poco heavy así en frío, ponía en Madrid a José Calvo para que empezase su temporada. Pero claro que no va a ser así.
PD3: Y un cartel con Manolo Sánchez, Eugenio de Mora y Antonio Barrera con toros de Peñajara, con todos los respetos, a estas alturas quién lo entiende en la feria y la plaza que dicen más importantes del mundo.
1 comentario:
acertado análisis, Andrés.
Al final como siempre, el que pierde, el aficionado.
Por lo demás, una mierda de carteles, salvo alguna honrosa excepción.
Publicar un comentario