Las horas y hasta los segundos, día tras día, se han ido contando ante la segunda aparición de José Tomás en el inmenso ruedo de Las Ventas. En la cabeza de todos ronda el rabo: máxima expresión de la gloria taurina, el mismísimo súmmum al que una gran parte de los privilegiados que se sentarán en los tendidos, gradas y andanadas de Las Ventas van a entregar sus gargantas y moqueros.
¿Qué va a pasar? No lo sé. Espero que sea otro manotazo cabal encima de la mesa por el bien de Fiesta, aunque me tenga que morir de envidia y me vea esta noche con la necesidad de hurgar en busca de imágenes y mañana me tenga que comprar cuatro o cinco periódicos y el próximo viernes acudamos en procesión a Alicante.
Para hacernos una idea y sonreir un poco, estos son Cartuchero I y Picoto, segundo y quinto, que forman el lote de José Tomás. De los del Puerto de San Lorenzo poco podemos decir de su comportamiento, pero sí, en cambio, apreciamos que de rabo van bien servidos. Cartuchero lo mueve al viento y Picoto, que desde hace poco más de un mes tiene consideración de toro, parece que tenga que abrir de más los cuartos traseros para acomodar su aventamosques.
Fotos: Juan Pelegrín para las-ventas.com
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