Llevaba Rita Barberá estos días vendiendo que Zapatero no le cedía no sé qué 0'7 % para los comedores sociales de la ciudad de Valencia. Y ayer fue a retratarse a la vieja y restaurada Plaza Redonda a fardar de lo bonita que tiene la ciudad y de cómo cuida su historia. Vamos, Rita Barberá en estado puro. Ella y su doble moral, que es como ha venido a desnudarla Tur en un excelente post del que rescato un par de citas, pero del que recomiendo su lectura de pe a pa.
"... ¿Cómo se atreve entonces la alcaldesa a mostrarse como defensora del patrimonio valenciano y al tiempo ejecutar su destrucción unos kilómetros más allá (en El Cabanyal)?"
"... Y así lleva varias jornadas vilipendiando a ZP, confiada imagino en que sus electores serán tan idiotas como para no recriminarle, por la misma regla de tres o sin acudir a ella, haber dilapidado las ingentes cantidades de dinero que ha destinado su ayuntamiento para fiestas para ricos como la F1, la presentación de la última película de James Bond, la Copa América, etcétera, etcétera... sin mirar no ya por los pobres, sino por los intereses del valenciano medio."
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