Tras recoger Público y Factotum, la peli que hoy entregaban. He subido al tren, he sacado el periódico, he pasado páginas hasta llegar a las de opinión. Y claro, el titular de Manolo Saco me ha llamado la atención: Crónica de la fiesta nacional. No sé qué me pasa con Público, que casi siempre que lo pillo los toros andan por medio. Y he leído el artículo.
Lo que en sus tres primeros párrafos parecía el vivo retrato de una crítica más a las corridas de toros, llegado al cuarto el autor salía por peteneras:
"Aquella era una tarde muy especial. El valiente maestro se iba a encerrar en la arena con seis vírgenes, seis, para celebrar la tradición más querida por su pueblo, la fiesta de la ablación, una liturgia heredada de sus antepasados, con siglos de historia, que ni los Papas ni sus amenazas de excomunión habían logrado extirpar. Seis vírgenes, seis, con las que el maestro demostraría su valor, su arte y destreza con la cuchilla de afeitar, y a las que con suerte les cortaría el clítoris, si la presidencia tenía a bien concederle tal honor."
Con esto y el resto del texto la duda se presentaba ¿pretende Saco con esto crticar una vez más la sangrienta, como él llama, "fiesta nacional", quiere denunciar la situación que millones de mujeres sufren en el mundo con la mutilación genital o en alarde de columnista pretende comparar las corridas de toros y la ablación del clítoris mediante la palabra "arte"?
Conocida la firma, nos quedamos con la última opción. Y por no dejarlo en un claro síntoma de atrofia moral por una comparación propia de una mente enfermiza con la que es imposible empatizar, y no por ser o no aficionados, sólo por mera humanidad, tanto a mi como, estoy seguro, al tendido 7 que cita --y tendido 7 en los toros como él dice, "extremadamente exigente", sólo hay uno, el de Las Ventas--, calificaremos el artículo como el último y desagradable exabrupto de Saco. Sin más, porque es así como parece disfrutar del 'periodismo'.
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