los taurinos casposos y sus taurinadas

Mis amigos que de los toros pasan, que son mayoría, lo que siempre me recriminan entre otras cosas es cómo me puede gustar esto con toda casposidad que acumula. No les quito la razón. Campo a través la hay raudales y se agradece cuando uno se compra un buen champú e intenta hacerlo bien y progresar con trabajo, imaginación y sobre todo afición.

Yo la casposidad taurina la relaciono con los caraduras y mangantes, los que se dedican a ir timando a unos y a otros y luego si te he visto no me ha acuerdo. Y señalo a aquellos que se meten en este negocio con una falta total de escrúpulos con la única intención enriquecerse sin ningún respeto ni a ganaderos ni a aquellos que se juegan la puta vida ni a la Fiesta en sí.

Lo que pasa es que como en el negocio taurino la transpariencia brilla por su ausencia y el periodismo taurino de investigación ni se ha inventado, todos estos personajes suelen campar a sus anchas.

Romero Leal es uno de los que ocupa los puestos más altos del podio. Este personaje ha dejado una treintena de plazas empantandas y ha puesto pies en polvorosa. Aranjuez, entre ellas. El alcalde socialista, Jesús Dionisio Ballesteros, se lava las manos. Él, que coloco al frente de la plaza de Aranjuez al tal Romero Leal, dice que no tiene ninguna responsabilidad. La presidenta del PP de la localidad madrileña confirma que desde el gobierno municipal al mentado empresario no se le exigió experiencia alguna para ponerse al frente de la plaza. Serolo, al descubrir que la plaza de Aranjuez debe 275.000 euros, evidentemente ha renunciado a la gestión del coso.

Es un historia más de las tantas que habrá. Se ha hablado de ella esta madrugada en el programa Los Toros de la Cadena Ser.

Luego se ha informado de otro hecho insólito. De las taquillas de la plaza de toros de Córdoba, que está regentada por la empresa Taurotoro, han desaparecido 90.000 euros. Vamos, que los han robado. Nadie sabe cómo, pero la cuestión es que no están, que han desaparecido 15 millones de las viejas pesetas.

¿No suena todo como muy casposo?