ETA tira a dar con toda la mala hostia, lo prepara todo en Burgos como para montar una buena masacre, ni se preocupa por avisar no sea que aparezca alguien con ganas de joderles el plan y al final la furgoneta bomba --una Mercedes Vito, para que se note dónde hay clase-- con sus 200 kilos de explosivo no se carga a nadie y sólo deja sesenta y pico heridos y puñado de escombros.
Sin duda, el nacionalismo y el profundo amor a Euskal Herria de los etarras está en las últimas. Sino, no fallarían pese a tenerlo todo tan a huevo. Menudo ejército de liberalización de pacotilla. ¿Estos fallos qué son, dudas de fe? Ay que me da la risa. Quién te ha visto y quién te ve. Ya va siendo hora de que cada vez menos incautos se vayan creyendo vuestras patrañas.
Euskadi es bastante más que vosotros, que ya no sois nada. Un simple estorbo.
¿Ya no os debe quedar mucho, verdad?
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