Era la primera vez que José Tomás se encerraba con seis toros en su carrera. Y lo hacía en Barcelona, su plaza. Una tarde así debe pesar. Toro a toro a José Tomás se veía ir mermando, también porque además se llevó un par de volteretas fuertes.
Su gesto fue cambiando conforme avanzaba la tarde. Primero, concentrado. Acababa de realizar una faena importante al segundo de la tarde, un toro exigente...
La lidia del tercero la acabó magullado y dolorido. Había sufrido la primera cogida...
La vuelta al ruedo tras cortar una oreja al quinto la dio feliz. El objetivo se estaba cumpliendo. Con las señas de una nueva voltereta en el rostro, era capaz hasta de sonreír. Paseaba el quinto trofeo de la tarde y la senyera catalana...
Quedaba el sexto. Un arrimón sería el último esfuerzo para completar la histórica gesta. José Tomás estaba ya exhausto mientras intentaba buscarle las vueltas al último de la tarde...
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