Ya regresé de Albacete, aunque seguiré dando la brasa por unos días con algunas cosicas que me quedan todavía por enseñar de mis días en Nueva York de la Mancha.
La feria de toros acabó con tormenta interruptus y la tragedia de una fea cornada al tercero de la cuadrilla de Ponce, José María Tejero, que se sumó a otras dos en Salamanca completando así un jueves negro para los hombres de plata.
La tarde en Albacete empezó condicionada por los feos nubarrones que se decidieron a descargar pronto, cuando el primer toro de Juan Pedro Domecq derribaba al picador Antonio Saavedra y se enceleba largo rato con el caballo y ya no paró hasta el tercero. En ese rato Ponce tiró líneas y se gustó con la zurda ante la sosería del bicho. Manzanares compuso en redondo alguna buena serie y Perera trató de sujetar con acierto a un mansito juampedro. Cortaron generosas orejas Manzanares y Perera por aquello de que con lluvia el toreo adquiere tintes heróicos aunque no lo parezca. Pero lo cierto es que en ese rato el piso de plaza se puso impracticable y le jugó una mala pasada a José María Tejero.
El tercero de la cuadrilla de Ponce estaba en su sitio correspondiente, al quite, durante el tercio de banderillas al toro de Perera, cuando el animal con tendencia a mansear apretó hacia adentró, Tejero trató de tomar la barrera, resbaló en el estribo y allí, emparedado, el toro lo caló a merced y evidentemente la cornada precipitó la supensión cuando sólo se había lidiado media corrida.
Ahí va el vídeo de lo sucedido en la última de la Feria de Albacete.
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