20 octubre 2009

josé tomás da buenas noticias



La noticia ha saltado. Tal vez con demasiada antelación. Tal vez para no pillar a nadie desprevenido. Salvador Boix ha hablado. Dice que José Tomás el año próximo estará en Madrid por la feria del Aniversario. Y que la idea también es estar en Sevilla, Bilbao, Zaragoza, por san Jorge, y Salamanca.

Esperemos que lo temas televisivos no tuerzan las buenas intenciones. Uno tiene en la cabeza una utopía y es que, aunque sólo fuese por una tarde --aunque me gustaría que fuesen 10 tardes--, José Tomás y Ponce compartiesen cartel y que una televisión, una cualquiera, lo retransmitiese en directo y en abierto. ¿En qué plazas? Pues Valencia, Sevilla, Madrid, Santander, San Sebastián o Vitoria, Bilbao, Málaga, Albacete, Salamanca, Nimes y, por supuesto, Barcelona. ¿Y con qué ganderías? Pues por ejemplo, para no ser mal pensado, alguna de esas que de vez en cuando embisten como Victoriano del Río, Núñez del Cuvillo, El Pilar, Zalduendo, El Ventorrillo, Zalduendo, Fuente Ymbro, Alcurrucén o El Torero.

Alguna vez debería ocurrir algo de eso. ¿Se imaginan las audiencias? ¡Serían brutales!

José Tomás, pese a todo, es el torero más mediático. La prueba está en la red donde, como ya pasó en 2008, su temporada de 2009 se puede ver al completo.

De esta característica mediática del torero de Galapagar hablaba el otro día Federico Arnás en la entrevista que le hizo Alfredo Casas para El Correo:

-¿Cuesta hacerle un hueco a lo taurino en los informativos de TVE?
-Hemos logrado que los toros no sólo sean noticias cuando sucede una cogida. En ese sentido hemos ganado terreno, y mucha parte de culpa la tiene José Tomás, que ha abierto una nueva dimensión al espectáculo taurino. Es curioso: el torero que más huye de los medios es el más mediático.

-¿Le gustaría entrevistarlo?
-¡Y a quién no! No fue una entrevista, pero desde que regresó a los ruedos, las únicas declaraciones realizadas a un medio de comunicación las efectuó para TVE después de indultar al toro 'Idílico' en Barcelona. Creo que no tardará mucho en hablar. Tiene muchísimas cosas que contar.

El rito y el mito
-¿Por qué esa actitud con los medios?
-A lo mejor voy a tirar piedras contra mi tejado, pero su 'estrategia' demuestra que está acertando. Lo digo porque el torero es rito, y todo rito tiene que tener un mito. Y el mito de José Tomás ha crecido muchísimo porque es un personaje inaccesible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"JOSÉ TOMÁS, EL TORERO" por Rafael Barbero García

El antídoto de José Tomás al miedo no es la valentía, sino tragarse los agallas y soportar la soledad, porque el miedo auténtico no es tan cruel dentro del ruedo como cuando está sólo, a la intemperie de una siesta que no va a dormir, que sabe que no dormirá porque después de la siesta vendrá el toro y la muerte, y luego otro toro y la misma muerte, la misma que lo seguirá mirando con los mismos ojos de bestia en medio de la plaza, aunque él esté ya hecho un asco, cansado y herido, con el traje de luces empapado en un lodazal de sangre, sudor, albero.
En la plaza, José Tomás será poeta. De puro susto no pudo dormir la tarde cuando se echó en la cama, pero frente al toro es otra cosa, frente al toro no hay escalofrío, tampoco majestad, sólo hay poesía. Y su poesía no es igual que la de otros artistas, él lo sabe y lo calla, porque todos lo saben y todos lo callan. Su poesía es la poesía, es acercarse al toro y bailar pegado con la muerte, y se cree por eso predestinado a salvar el toreo. Todos hablan de técnica, de arte, de más técnica, de nuestro arte, de mucha técnica. José Tomás habla en silencio porque un toro y un hombre se están matando, y porque su poesía habla de la muerte y de la lucha, de una lucha que son dos luchas: la del hombre contra la bestia, la del hombre contra sus demonios. En su lucha contra la bestia sólo dice: “Yo soy la auténtica bestia”. En la lucha contra sus demonios les dice: “Sólo tengo la vida y el azar, y los juntaré a los dos contra vosotros”. José Tomás está toreando a la bestia que lleva dentro, escribe con sangre su muerte, y sus dos luchas son tan sólo una: la lucha del hombre contra sí mismo.