Y a santo de qué viene esto, pues a santo de la columna de hoy de Enric González, Maluquinho, de la que pego el último párrafo porque una vez más vuelve a estar acertado:
Cuando Brasil no tenía de qué reírse tenía O menino Maluquinho. En España tenemos gente así, que hizo reír en las épocas oscuras. Como ahora parece que oscurece, a lo mejor sería el momento de revolver las videotecas para sacar aquellos tiempos en que Tip y Coll nos hacían reír con un vaso de agua. No cuesta nada reír, pero a veces cuesta tanto hacer reír. Ziraldo lo consiguió en Brasil, y por eso le han premiado en este adusto país que sólo se ríe si el otro se cae.
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