18 octubre 2009

un pliego fermé, por pedro toledano

Vía :: Levante-EMV |


"Lo adelantamos la semana pasada. El pliego por el que se adjudicará la plaza de toros de Valencia hay que examinarlo con sumo cuidado. Vistos los empresarios que han anunciado o les han pedido que se pronunciaran favorablemente, es difícil encontrar más de dos nombres capaces de sumar la máxima puntuación en el apartado de Calidad del Equipo Técnico de los Licitadores, que estipula una puntuación máxima de 23 puntos y que se nos antoja clave.
Existen tantos apartados de puntuación subjetiva que, a pesar de los esfuerzos que la diputación está haciendo para atraer candidatos que opten a la plaza, es dudoso que lo hagan quienes no forman parte del coro 'convencido' de que algo pueden ganar si se presentan, bien favores empresariales, de crítica taurina o respaldo televisivo. Los Lozano han sido los primeros en salirse de la fila y los hermanos Chopera -Pablo y Óscar-, serán los siguientes. Otro petardo más que añadir a la lista del señor Dunkel y su jefa Carlota Navarro.
Si no hemos sido capaces de encontrar más de dos candidatos que reúnan todas las condiciones que pide el pliego, es porque esté ya tiene un destinatario con muchas posibilidades y otro con bastantes opciones. Eso lo sabe ya hasta el que asó la manteca. La limitación impuesta en las condiciones que pide que los licitadores deben haber regido una plaza de primera categoría en los últimos tres años, resta opciones al resto de empresarios de cierto fuste. Entonces, ¿para qué seguir?, se preguntan los taurinos que no gustan de ser comparsa en los concursos tele-dirigidos.
Tampoco hay excesivo celo en presentar buenas candidaturas porque una de las fuentes de ingresos más saludable hasta ahora ha sido la proporcionada por los espectáculos extrataurinos. Éstos han financiado parte de los taurinos -que se lo pregunte si no a Serolo- y por eso, en los últimos cuatro años, no ha faltado ninguna de las figuras por exigentes que éstas hayan sido.
Quienes se preguntan por qué se separan los festejos taurinos de los que no lo son ponen el dedo en la llaga. ¿Por qué con la que está cayendo en Génova y Valencia, la diputación prescinde de un canon de un millón y pico de euros que pagaba Serolo? ¿Sólo porque se van a acometer obras de reforma? Algo no cuadra en este galimatías en el que han convertido los asuntos públicos del 'cap i casal'.
Tampoco cuadra que la Feria del Pilar haya ido de baile en baile (de corrales, se entiende), como tampoco se entiende desde la distancia que se haya desatado una fuerte campaña en contra del presidente Francisco Bentué, porque el hombre haya intentado contribuir a que los matadores se esfuercen por prestigiar la suerte suprema. ¿O habrá sido por sus exigencias en los corrales? Qué cosas pasan.
Con todo, el abono aragonés ha dado alguna que otra alegría. En el apartado ganadero la más sonada ha sido la proporcionada por el toro Acelerado de Bañuelos, al matador Antonio Ferrera. Había que tener mucha presencia de ánimo para sobreponerse a tan descarados pitones y Ferrera no dudó en plantarle cara. Luego resultó ser un toro excelente. Pero el torero antes había dado el gran paso para no desmerecer.
Quienes no se han dejado nada guardado en el zurrón de sus capacidades han sido José María Manzanares y Rubén Pinar. El alicantino, porque al margen de las orejas que no le hayan dado en Zaragoza -él mismo reconoció que la espada no había caído bien, lo que le honra como profesional-, ha firmado una temporada excelsa. En esta ocasión sí ha disparado con regularidad. Se ha desperezado, ha dado un paso al frente en los momentos claves, y ha terminado la temporada dejando ese regusto de buen torero que tanto sirve de conversación a los aficionados para pasar el invierno.
Por su parte, el albaceteño Pinar, ascendido al primer circuito por mor de las sustituciones y también porque el dinero y lo otro son para las ocasiones -su presencia en Sevilla en 12 de octubre era baza arriesgada-, ha dejado las puertas de las ferias para la próxima temporada abiertas de par en par. Presentarse en Sevilla causando buena impresión refrendada con una oreja de peso y salir de Zaragoza entre los triunfadores, es respaldo que habría soñado pero que ahora ya lo puede disfrutar sentado en la mesa de los que más cuentan para el futuro. Esta temporada, se acaba."

1 comentario:

Paco Montesinos dijo...

Andrés, com diuen les partides se guanyen quan s'arreglen ... ja ho vorem.