03 diciembre 2009

la enésima y ¿definitiva? despedida de ortega cano

Dice que el propio José Ortega Cano que esta vez sí que se irá para no volver tras hacer campaña en 2010, algo que no le conviene. Ortega ya hace tiempo que no es el que fue y poco le queda por agrandar a su historia, cosida a grandes faenas y cornadas.

Yo por mi parte ya hace tiempo que decidí hacer intocables dos o tres imágenes con él de protagonista.



El recuerdo de que fue el primer torero al que de chaval me acerqué a pedirle un autógrafo. Uno de los que formaba parte de aquella estampa feliz y triunfal de la corrida de Beneficencia de 1991, uno de los que me ha conseguido arrebatar con la profundidad y verdad breve de su toreo un día fallas de 2001, justo como lo contó Joaquín Vidal...

lo único que quedaba en el recuerdo era el toreo de Ortega Cano. Lances a la verónica mecidos en su primer toro, dos series excelsas de redondos en su segundo, llevaban la firma del artista y poseían todas las características que acreditan a las obras exclusivas por su grandeza.

La gente se tomaba un poco a guasa la reaparición de Ortega Cano, se oían por el tendido tópicos leídos en las revistas del corazón, no le pasaban movimiento mal hecho y cualquiera de ellos se interpretaba como miedo.

Pero qué miedo... Un torero que se trae al toro toreado, le carga la suerte y le liga los pases es un valiente a carta cabal. Y así toreó Ortega Cano en todas sus intervenciones. Con dudas y reservas al enfrentarse al encastado primer toro; con hondura y templanza al embarcar al pastueño cuarto. Se echó la muleta a la izquierda y no acabó de conjuntar la suerte. Pero tiró luego de trincheras y pases de la firma, y el aroma de la torería embriagó la plaza. Y ahí quedó eso."

O uno al que me descubrieron como el lidiador de uno de los toros más bravos que se hayan lidiado en Las Ventas, aquel Velador (o Belador) de Victorino, allá por 1982 y que está maravilla de internet nos permite disfrutar.



Con ese Ortega Cano es con el que me quedo.

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