21 diciembre 2009

la moral de anna mulà (o molà)

Anna Mulà (o Molà, porque pasa que no hay acuerdo en los medios a la hora de escribir su apellido) ejerció de portavoz de la ILP antitaurina el pasado viernes 18 de diciembre en el Parlament de Catalunya y se cubrió de gloria.

Antes de que el Parlament de Catalunya le diese vía libre al debate de la ILP antitaurina con 67 votos contra 59 y 5 abstenciones, Anna Mulà (o Molà) subió al púlpito a orar. Es decir, a explicar la motivación de esta ILP contra las corridas de toros en Catalunya. Y quién es Anna Mulà (o Molà), se pregutarán. Pues una antitaurina, eso es lo único que se les puede decir desde aquí. Si quieren saber más sobre su persona --nosotros con lo que conocemos tenemos suficiente--, lo mejor será que pregunten en su casa. Pero ahora vayamos a lo que dijo aprovechando su momento de gloria en el día que el Parlament batía uno de sus récords en cuanto a periodistas acreditados.

La razón que entregó fue que "las corridas de toros no encajan con la moral del siglo XXI". Y entonces me vino de súbito a la memoria la imagen del cura de alto rango Antonio María Rouco Varela o de cualquier otro de sus adláteres tratando de convencer al personal sobre cualquier cuestión tangible o intangible a través de ecuaciones de moralidad divina.

Como un católico cualquiera cargado de galones y con irrefrenable tendencia a hacer apostolado político-mediático, la señora Mulà o Molà tomó la palabra en sede parlamentaria representando a más de 180.000 firmas y citó a la moral ¿del siglo XXI? --va a resultar que hace nueve o diez años había otra diferente, pero al parecer siempre una moral-- para justificar la iniciativa legislativa popular de la que es portavoz con esta vaguedad --¿quiere decir que somos los aficionados a los toros unos inmorales?-- y otras, como que a los toros en Catalunya sólo van los no catalanes o que "los toros no pueden defenderse por sí mismos".

Sorprendentemente, y pese a tan escasa argumentación, la ILP dio un paso al frente por el bien de la democracia --mal que pese decirlo--, y su gran objetivo, la propia Mulà (o Molà) dice que va "directo a por las corridas", sigue siendo posible. Es decir, apuntan a los 15 o 20 minutos de vida pública que puede durar la lidia y muerte del toro bravo en los 18 festejos celebrados en 2009 en La Monumental de Barcelona (18x6= 108 toros). En cambio, no van a por los 'correbous' porque según cree es "una industria diferente, con actores diferentes", y para la que debe tener también --digo-- una moral diferente aunque no sé si de este siglo, del pasado o del que viene y que probablemente se traduce en unas papeletas dentro de unas urnas que alguien le debe haber dicho que mejor no tocar.

La ignorancia y manipulación no pueden ser más atrevidas: la prohibición es su opción y la imposición 'moral' --por no decir partidista--, su objetivo. Qué desfachatez, la verdad, con la democracia de testigo y en nombre de todo el género animal e ignorando al toro bravo como privilegiada especie.

En mayo pasará lo que tenga que pasar. Unos y otros asumirán resultados y culpas, y libertad y respeto quedarán cercenados o intactos según se decida. Lo peor de todo es que la decisión queda en manos de 135 diputados que en un buen número tienen por irrefrenable vicio (o defecto) sentirse más allá del bien y del mal y miembros de una casta y cultura superior, el nacionalismo (todos los nacionalismos quiero decir), en fin.


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PS: No me gusta politizar con la fiesta de los toros. Su historia me ha enseñado que en ella caben todas las ideologías: la mía y la de todos los demás. En el sol y en la sombra. Desde aquí nunca diré que esto es la Fiesta N... de nada ni nadie, porque eso es politizarla y sigue siendo uno de las principales causas de la falta de respeto de la que goza fiesta de los toros en según qué territorios. Creo que quien sigue amparándose en esa nomenclatura se equivoca y que lo único que busca con ello es la provocación, y así no. La Fiesta de los Toros si a algo pertenece o a algo le es propio, es a los Universales del Sentimiento (amor, tiempo, vida, muerte...). Y quien lo quiera y pueda entender, que lo entienda y lo disfrute.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya han conseguido estos políticos prohibir la libertad de ver o no ver los toros.

Me encanta tu artículo y la comparación de esta elementa con Rouco Varela; pero claro, ellos son muy modernos y sus ideas son las que tiene que tener todo el mundo. Eso sí que es demócrata y avanzado.

Un saludo.