mi gripe y yo

Semana rara e ilusionante. Desde el domingo convivo con una gripe a la que no le he preguntado el nombre y desde el mismo día participo de ese nuevo medio digital que ha aparecido en la Comunitat Valenciana y que se llama L'Informatiu.com. La gripe, por fin lo noto, empieza a largarse. De L'Informatiu lo único que llegan son parabienes y buenas sensaciones. Y es que el equipo es un equipazo y escribe hasta el bueno de Jorge Martí de La Habitación Roja.

El caso es que venía de presentar a Cuadri, sobre todo de disfrutarle en Foios. Fernando Cuadri es de los ganaderos que da gusto escuchar. Conocí a un crack de la fotografía, buen aficionado y de Castelló, Javier Arroyo, y poco más o menos que acabamos envidiando lo bien que se lo ha montado la afición francesa. Y una idea y más que eso, una desesperación, viene rondándome la cabeza desde entonces con mi congestión de caballo y todo: ¡Qué mál que hemos explicado la fiesta y que mala la actitud con que generalmente la vivimos y que mal ejemplo dan, por rancios y conservadores, los que la manejan!

Me pasé por Museros. Eché un rato con Sánchez-Urbina y Serafín Marín, que me dijo que todavía no ha visto la voltereta que le pegó aquel toro de Fuente Ymbro, bravo, aunque para él no tanto, que por poco lo parte en dos en la concurso de Zaragoza. El torero catalán necesita de toros así o asá para enderezar un rumbo que ha perdido en la última temporada. Crédito de la afición es lo que tiene.

A la salida fue cuando creo que me enfrié y ya vino pues esto. Dias de encierro, antibiótico, periodismo, algunas páginas que ya me iba mereciendo de Filosofía de las Corridas de Toros de Francis Wolff, que francés tenía que ser, y poco apetito por bloggear en serio. Pero ya va siendo hora, que me he encontrado con un afiliado a Izquierda Unida al que le gustan los toros y eso hay que celebrarlo, ¿cómo? No lo sé, pero me resulta saludable.