18 marzo 2010

feria de fallas 2010/ ¿quién es el reponsable de esta fiesta indefendible?

18 de marzo de 2010. Feria de Fallas. Toros de Juan Pedro Domecq para Julio Aparicio, Morante de la Puebla y Cayetano. Tres cuartos de plaza.

Nadie, después de la vergonzosa tarde vivida en València con los enfermos animalejos criados por don Juan Pedro Domecq, dará un paso al frente y entonará el 'mea culpa'. No lo hará ni uno cuando lo deberían hacer en realidad unos cuantos. Los taurinos tienen ese truculento orgullo.

Los taurinos son capaces de endiñarle una puñalada trapera en los bajos a la misma fiesta que les llena el bolsillo y el gaznate de feria de feria, tomarse unas cañas de marca y darse unos abrazos mientras en el Parlament de Catalunya les llaman "maltratadores" y ser igual de felices que dos horas antes. Tanto una cosa como la otra, la decandencia por ellos mismos alentada y las amenazas prohibicionistas, se las trae al pairo. Luego hacen un brindis al sol, declaran BIC a la Fiesta, se vuelven a dar más abrazos y luego a dormir a pierna suelta.

Se podría empezar a despellejar a unos cuantos haciendo excepción de las menudencias. Es decir, desde el mismísimo diputado de Asuntos Taurinos, pasando por el flamante nuevo empresario hasta los taurinos de turno, feriantes de postín y ganaduros de alta alcurnia. Que, casualidades, vienen a ser los mismos que deberían haber dado el paso adelante y entonar el "por mi culpa, por mi gran culpa" esta tarde y tantas otras más, por las ya pasadas y también por las que están por venir.

Pero ya se sabe, el código ético de los taurinos, sus palmeros y los politiquillos que sedientos de votos se arriman a la fiesta a sacar tajada, deja muchísimo que desear. La tarde de los juampedros con Aparicio, Morante y Cayetano ha sido uno de tantos ejemplos.

Aun así, todavía habrá que darse con un canto en los dientes. Si el lamentable espectáculo ha sido obligadamente televisado --cuántos se han abonado vía televisión sería una cifra interesante de conocer--, todavía nos tendremos que felicitar de que un 18 de marzo la plaza de toros de València no se haya llenado en más de tres cuartas partes de su aforo. Maltratar así la afición de dos mil y pico personas más con tan decadente espectáculo hubiera sido más lamentable todavía. Y ya puesto, si se viene a hacer la reforma de la plaza y reducen localidades mejor. Serán menos los que podrán ver un espectáculo así de podrido.

Esto es València, nido de corrupción también taurina. Juan Pedro Domecq año tras año y sin que nadie lo impida repite su mismo lamentable espectáculo. Suelta su borregada de inválidos descastados y acaba con la paciencia de todos con el permiso de los figurines de turno. Este año en el pack Curro Vázquez boys: Morante y Cayetano.

De Morante habría que trazar alguna teoría fundada ante las circuntancias y el cosmos que plantean la posibilidad inversa de que el de La Puebla de Río cuaje a orillas de Túria. Porque la verdad es que parece imposible, una auténtica quimera. Es cosa de la seriedad y el respeto con que la afición valenciana y sus manipuladores tratan y consideran a la propia de plaza de toros de València. Si aquí lo normal es tomarse a chufla cualquier cosa del cuerno, la tauromaquia de Morante se afronta desde la más profunda seriedad, y enterderla y comprenderla requiere espacio, tiempo y cero de cachondeo.

Pese a todo, de la tarde habrá que destacar al propio Morante de la Puebla. Su toreo reposado al segundo de la tarde, con gusto. Al quinto no lo quiso ni ver. Las formas de Cayetano con el tercero, cornúpeta que guardó algo de decencia, en series en redondo y al natural bien trabadas e intencionadas, aunque luego un error de principiante a punto estuvo de costarle un buen susto. El sexto se le derrumbaba al decirle "eh, toro". Y Aparicio, que está con ganas últimamente se quedó con ellas.

Las figuras son las que exigen lo Domecq. Lo Domecq es la nada más absoluta, ayer más que nunca. Y todo lo que se hace carece del mínimo interés. ¿Quién levanta la mano y da el paso al frente como responsable de esta fiesta indefendible?

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