30 abril 2010

de alpinistas y toreros

En una semana la vida de un torero estuvo a punto de irse al garete, y otros dos fueron heridos. El primero fue José Tomás en Aguascalientes, de menor gravedad cayó El Cordobés en Barcelona y el banderillero Francisco Javier Rodríguez se llevó un buen tabaco en Zaragoza. Más allá de la gravedad o no de las heridas, su sangre forma parte de la grandeza de la fiesta, aunque por suerte a pocos metros del ruedo un equipo de cirujanos aguarda por si hay que salir al quite.

En las cimas del Himalaya no hay médicos, sólo sherpas, y allí murió ayer el montañero Tolo Calafat. No entiendo que le mueve a uno a ascender un ochomil ante las más adversas condiciones y sabiendo que va a poner riesgo su vida en lo que es mucho más que un paseo por la montaña. Supongo que a muchos les pasará tres cuartos de lo mismo y por eso prefiero no decir más. Pero puede que ahora su vida, la de Tolo Calafat, también forme parte de la grandeza del alpinismo.

Al contrario que muchos también, en cambio, sí puedo hacerme una idea de la bendita locura que le debe mover a uno a decidir quedarse quieto y con una tela burlar la embestida del toro bravo. Estoy seguro que va más allá del dinero. Debe ser cosa de soledad, emoción, riesgo, valor, inteligencia, arte, técnica, gloria y sentimiento; probablemente alguna de ellas coincidan con aquellas que arrastran a los alpinistas a lo más alto; y seguro que en medio del asfalto del bienestar estos detalles resultan de difícil comprensión.

La cuestión final es: ¿Necesitan los tiempos de hoy de estos ejemplos de hasta dónde el ser humano es capaz de llegar y sufrir? Me contesto: Pese a todo, sí; por supuesto que sí.


* * * * *
Sobre la cornada de José Tomás en Aguascalientes, el post de Xavier González Fisher en su blog La Aldae del Tauro.

3 comentarios:

Paco Lopez Barrio dijo...

A la vida le debo dos alegrias: ser aficionado a los toros y haber sido alpinista. Hay muchos puntos de afinidad entre las dos cosas. Si te apetece algún dia te las explico porque tampoco la musica callada de las montañas se deja encerrar en cuatro líneas.

elsa dijo...

Pues así es, Andrés....si yo tuviera un grave accidente, Dios no lo quiera, me gustaría que fuera un 15 de agosto cerca de una plaza de toros porque sé que hay gente preparada para socorrerme en el primer minuto que es el que decide entre la vida y la muerte

pedrito dijo...

Que làstima que no hablais de Alberto AGUILAR, que fué cogido de manera muy espectacular en la placita gala de ST MARTIN DE CRAU, por un TORO-TORO cinqueño en punto de mucho sentido, violencia, de Prieto de la Cal: el chaval hubo mucha suerte de no ser herido con gravidad( fotos en mi blog, "puraficion")
Me gustaria comparar los toros de JT y Cordobés con el toro de AGUILAR, torerazo de gran ànimo.
Perdon por mi Castellano, y un saludo aficionado