¿Qué le pasa a la ganadería de Victorino Martín? La corrida de Sevilla ha encendido definitivamente las alarmas. Ni atisbo de lo que fueron. Ni sombra de su casta. Toros como dormidos, de escaso carácter y dudoso poder.
(No vi la corrida entera, sólo los tres primeros)
El listón de la historia, de la trayectoria de la ganadería de la A coronada, está por las nubes. A muy pocos se les exige así, y no voy a ser yo quien le dé tierra a la vacada del de Galapagat. Pero algo sucede. Estos victorinos no son lo que eran. Pero también es cierto que muchas ganaderías con muy poco más cumplen sobradas el expediente, no vayamos a confundir.
A estos albaserradas les falta agresividad, casta, poder. Conservan la fijeza, la humillación, pero han perdido vitalidad. Ahora se antojan bobos. Podría decirse que ya ni mirán igual, esa viveza en la mirada de no hace demasiado cuesta encontrarla en corridas como la de Sevilla.
¿Equivocación de los ganaderos en algún cruce si es que lo ha habido?
A Ferrera lo he visto cumplidor y responsabilizado. A El Cid, como últimamente, fuera de sitio, un eufemismo que sirve para tapar carencias más graves, y gesticulante en exceso --a qué viene tanta risa forzada. Y a César Jiménez, por un momento abierto de mente cuando se salió a los medios con el tercero, hasta que se nubló.
La blogosfera taurina es la que ha mostrado unanimidad en el veredicto. Ahí va una selección:
- Desde el tendido 6: Gris oscuro, casi negro.
- Toroprensa: Los Victorinos, certidumbre; El Cid, dudas.
- Ambito toros: Victorinadas infame.
- Casta y bravura: Petardazo cárdeno y torero en Sevilla.
- Hasta el rabo todo es toro: Adiós al torismo.
- Andanada del 9: Victori... nada.
- Clarín: Toros cárdenos en tarde gris.
Foto :: Arjona para plazadetorosdelamaestranza.com
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