Surge la pureza y la belleza en toda su inmensidad, y el aficionado se desgañita aunque sea ante la entrecortada imagen de un de Justin.tv y se reconcilia después de tal desespero como en el que acabó un san isidro, salvo excepciones ganaderas --Cuadri o Puerto de San Lorenzo-- para el olvido.
Morante era la solución. Luque acepto el reto en su toro y demostró ser buen capotero. Y los dos nos hicieron la mar de felices. Gracias pues. También a Cayetano, por echar la pa'lante en un quite por gaoneras; y otra vez a un genial Morante, por cómo saludó al jabonero cuarto y por la soberbia media abelmontada con la que abrochó.
Foto :: Juan Pelegrín para las-ventas.com
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