Primero fue el brindis al sol con la abolición de las corridas de toros.
Tras la prohibición --política y politizada--, viene el arrastrarse, el lloriquear un poco y el puedo prometer y prometo por un puñado de votos, precisamente los que Artur Mas no quiere perder después de abolir las corridas de toros en Catalunya.
A eso se le llama política (rastrera si me permiten). Artur Mas no está a favor de que un toro viva plácidamente en el campo, llegue a la plaza (y a Catalunya llegan, 18x6, unos 108 aproximadamente), sea lidiado en unos 20 minutos y muera a estoque. Si parece ser que está a favor de que una vaquilla vaya de pueblo en pueblo recorriendo las calles o de que un toro sea embolado a lo largo del año unas tres o cuatro veces y de que eso sea disfrute del personal, y que así el toro pase la vida hasta que un día le llegue su san Martín.
Lo mismo que las corridas de toros le parecían la más gran aberración y le molestaban en la irrealidad catalana que construye para sus hijos; 'Els Correbous' le parecen ideales para su auténtica realidad catalana hambrienta de votos y de poder. Artur Mas, con la obcecación propia todo político, no habrá reparado que se ha quedado con la prehistoria de la tauromaquia, a la que por cierto, y aunque parezca lo contrario, desde aquí también defendemos. Qué va, Artur Mas sólo debe pensar en votos y más votos. Pero tras el brindis al sol dándoselas de padrazo, ahora le toca explicar lo inexplicable --engañar se dice-- a los que aman y viven de cerca al toro, al bou.
Vía :: El País |
Artur Mas, ha enviado una carta al presidente de las peñas taurinas de las Tierras del Ebro, Miquel Ferré, y al ganadero Pedro Fumadó en la que se compromete a que si la proposición de ley que promueve su partido para blindar los correbous "no es aprobada en esta legislatura", dará instrucciones "para que lo sea lo antes posible". El trámite parlamentario de la ley se ha retrasado por la petición del PP de preguntar al Consejo de Garantías Estatutarias si regular las fiestas con toros en Cataluña se adecuaba a la Constitución y al Estatuto. Ayer mismo, el organismo dijo que sí. Casi al mismo tiempo, Iniciativa per Catalunya y el Partido Antitaurino y Contra el Maltrato Animal ultiman negociaciones para presentarse juntos a las elecciones catalanas.
PS: Por cierto, esta última alianza niega que la prohibición de la corridas de toros en Catalunya estuvo politizada, ¿verdad?
2 comentarios:
Los toros se han utilizado en Cataluña como moneda de cambio para aliviar la pataleta nacionalista. Un toro en la plaza huele a 'español' y eso ha sido su sentencia, con una moral de doble rasero que da asco.
Contigo al cien por cien, Andrés.
Os invito a leer una opinión alternativa en este post (y alguno otro del mismo blog):
http://observadorsubjetivo.blogspot.com/2010/08/prohibido-no-prohibir.html
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