Foto :: EFE
Sí, la reforma laboral del gobierno merece una huelga. Tal vez merece dos. Pero una antes y otras si quieres, ahora. El número de parados la merecía. Y merecía no una ni dos, sino unas cuantas ya hace tiempo. El paripé que vienen representando políticos de distinto pelaje, merecen mucho más y la huelga se les debería demostrar ante las urnas. En noviembre empiezan los catalanes y entre 2011 y 2012 esto va a ser un no parar en el que todos deberían recibir su merecido quitádoles una buena ración del pasto de votos al que están acostumbrados. Los empresarios que un buen día creyeron que esto era jauja ya ni les cuento y como mínimo deberían asumir su porción de responsabilidad. Pero no, el caso es que hablamos de reforma laboral, pero no de reforma empresarial ni financiera. Porque ahí también están los bancos --¡oiga!-- yéndose de rositas, poniendo sus ganancias a buen recaudo cuando no hace mucho las repartían alimentando su propia gula, pensando altos intereses y haciendo girar un bola cada vez más y más grande. De espabilados estaba lleno esto. Tanto que hasta a los sindicatos les iba bien y no les faltaba de nada en el mismo momento en el que la clase trabajadora, las más débil, se estaba endeudando hasta las cejas y no hubo nadie para darles un toque de atención. Para entonces no había piquetes informativos. Son cosas que pasan para llegar a la huelga de hoy 29-S que se ha celebrado con tanto ruido como pocas nueces según la perspectiva desde la que se observe, mientras tanto los culpables --por unas cosas y otras, todos-- seguimos sin levantar la mano y ya con el tiempo prácticamente agotado todavía vamos señalándonos unos a otros. Las valoraciones serán muy buenas para unos, para otros no tanto y siempre se expresarán en fríos porcentajes. Sin duda, unas conclusiones inconclusas.
Foto :: Levante-EMV
PS: En Catarroja la huelga se ha sentido apenas nada por ser festivo. De buena mañana, poco tráfico en la carretera a Torrent, pero en la Avinguda del País Valencià las terrazas de los bares tranquilamente estaba en la calle. La V-30 a mediodía, también ligera. No tanto la carretera antigua carretera de Barcelona a la hora de comer, aunque menos cargada que otros días. Los comercios lo he visto abiertos con normalidad. Aunque imágenes llamativas como el andén lleno de arriba en la Estación del Norte, pues también se ha producido.
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