13 octubre 2010

partidos democráticos para la manipulación de la democracia

Vía :: Levante-EMV |

El Partido Social Demócrata (PSD) es una de esas formaciones políticas que en tiempos de Rafael Blasco en el PSPV se llamaban «de cuadros». Son pocos, pero notables. Algunos tienen en común que aparecen, además de en las listas del partido, en empresas, fundaciones y asociaciones alimentadas con dinero público de la Generalitat y en territorios limítrofes o gestionados por Blasco. El número dos del entramado de ONG alimentado con ayudas de Solidaridad y Ciudadanía, Adolfo Soler Sempere, fue uno de los impulsores del PSD, la formación creada desde el Partido Socialista Independiente (PSI) de la Ribera —dirigido por Gisela Blasco, sobrina del conseller— con el ánimo de erosionar al PSPV en las elecciones municipales de 2007. Soler Sempere cerró simbólicamente la lista de los socialdemócratas al Ayuntamiento de Valencia.

Fuentes del propio partido explicaron ayer que su cargo orgánico estaba muy por debajo de su aportación. Es persona próxima a Bernardo Blasco, hermano del conseller, y uno de los hombres fuerte del partido en la sombra, según varias fuentes. Los dos estuvieron en UV y ambos fueron expulsados de ese partido en una de las incontables convulsiones internas de los regionalistas. Lo mismo que Amparo Picó, secretaria general del PSD desde mayo y persona de confianza de Soler. El número dos de este tinglado de ONG fue una de las personas que se volcaron en la puesta en marcha de una formación, el PSD, que nació con un pan bajo el brazo. La sede se ubicó en la calle Colón de Valencia y la puesta de largo se celebró en el Hotel las Arenas, un cinco estrellas, con asistencia de 355 delegados y 67 invitados.

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