27 mayo 2011

el primavera sound de los despropósitos y del fracaso del ipad


El Primavera Sound de 2011 ha querido abarcar demasiado. Exceso de escenarios, exceso de bandas y masificación de público. ¿Quién gana con todo esto? El público está claro que no. Si uno por su abono ha soltado entre 140 o 170 euros, le suma el desplazamiento, los gastos que suponen tres días de festival y ya de entrada no le queda otra que hacer colas, colas y más colas... ¿a esto como se le llama?

Fueron colas para entrar al recinto, para cargar la tarjeta con la que poder consumir, colas para poder conseguir una caña por el módico precio de cuatro euros --San Miguel, donde va triunda--, que cuando la hace descubre que no hay barra en la que poder utilizar la tarjeta: el sistema informátivo a través de modernos iPad no funciona salvo en uno o dos puntos. Las colas no dejan de crecer y al final, pasadas dos o tres horas, alguien decide que se va a poder con efectivo. Y hoy nos desaynamos con que las tarjetas se van al garete, que devolverán el dinero y que por lo tanto habrá que hacer más colas. ¿Algún despropósito más? Sí, que uno por tanto contratiempo no pudo disfrutar de un concierto hasta bien entrada la noche.

Además, con tal acaparar el mayor número de público han ampliado el recinto de forma exagerada y así para ir del Escenario San Miguel al Escenario de Llevant hay que andar al menos 15 minutos, metido siempre, claro, en un descomunal río de gente. Vamos que se han pasado por exceso y la cosa tampoco es que sea la repera.

Uno de vez en cuando tiene algún deja vú. Y es que por el recinto del Fòrum ya han pasado en otras ocasiones, y de eso no hace tanto, Grinderman, Flaming Lips, PJ Harvey o Interpol.


Pero bueno, después de todo y sin esperar que nadie pida disculpas al respetable por tal cúmulo de desprositos, diremos que Nick Cave al frente de Grinderman dio una lección de fuerza y rock. Que The Walkmen cerró su concierto en todo lo alto. Interpol interpretó sus temas (unos más redondos que otros) con gran sonido y fidelidad. Ver Suicide fue cuanto menos curioso. Que Flaming Lips renovó su show de siempre, pero no por ello dejó de antojarse aquello un tanto sobrecargado en exceso. El Guincho devolvió la sonrisa a los indignados del Primavera Sound y Girl Talk cerró la jornada con una sesión de altos vuelos y que mantuvo el baile siempre en todo lo alto.

Y esto es lo que hay. Claro que nos hubiera gustado hablar más de múscia, pero es lo que hay cuando los desprósitos se encadenan desde un primer momento.

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