31 enero 2012

juan manuel albendea propone "un esfuerzo en el sector taurino, renunciando incluso a ciertos privilegios"

Interesante entrevista a Juan Manuel Albendea, presidente de la Comisión de Cultura del Congreso en el blog de toros de El País.

A él se le debe la proposición no de ley que dio lugar a la aprobación del traspaso de competencias en materia taurina del Ministerio de Interior al de Cultura, aunque reconoce que “está todo por hacer”. Albendea propone iniciativas para el fomento de los espectáculos taurinos como la bajada del precio de las entradas y las reducciones fiscales, a pesar de que “no es este momento de crisis el adecuado”. Reprocha a los toreros sus actuales reivindicaciones en derechos de imagen, cuando de lo que se trata es “de hacer un esfuerzo en el sector, renunciando incluso a ciertos privilegios”, y propone hacer las cosas bien desde el principio, con la posible creación de un organismo con rango institucional parecido al Consejo Superior de Deportes.

La entrevista, realizada por Paz Domingo, está cargada de contenido positivo y demuestra que estamos frente a un buen aficionado.


¿La reducción del IVA al 8% en los espectáculos taurinos no restará argumentos para la protección de la fiesta? Si el Estado ingresa menos, lógicamente, su posibilidad de futuro se defenderá peor. No creo que el tema de la defensa de los toros tenga que ver con los ingresos. Además, está el de las subvenciones, que aún no se ha tratado en esta conversación. En contra de lo que dicen algunos, los toros no tienen ninguna subvención por parte de la Administración Central. Es un tema que en su día –cuando no haya crisis– habrá que abordarlo. ¿Por qué al cine hay que protegerlo más? No tiene sentido. Igual, lo conveniente es que ninguno reciba subvenciones, y que cada uno se arregle como pueda.

En los últimos meses han proliferado muchas declaraciones de bien de interés cultural por parte de corporaciones autonómicas, incluso municipales, a las que hay que añadir las abundantes solicitudes de diferentes organismos gubernamentales y agrupaciones taurinas para solicitar a la Unesco la declaración de patrimonio inmaterial. ¿Qué opinión le merece este desconcierto institucional, al mismo tiempo que se prohíben las corridas de toros en Cataluña y se pretende impedir a los menores de 12 años entrar a los festejos en Galicia? Lo de Galicia todavía no está decidido. Es una proposición no de ley la que insta al Gobierno gallego a prohibir la entrada de los menores de 12 años a los cosos, y me da la impresión que no lo van a conseguir. He hablado varias veces con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, sobre los problemas que eso conllevaría y mi impresión es que el Gobierno no accederá. Por tanto, estimo que no se pondrá en práctica. No entrará en vigor. En definitiva, son los padres los que deciden si deben llevar a los niños a las plazas. Yo disfruto mucho con mis nietos en las corridas de toros, también con sus complejas preguntas. He leído con mucha atención el recurso de inconstitucionalidad sobre la prohibición de las corridas de toros en Cataluña presentado por el Partido Popular en el Tribunal Constitucional y creo que saldrá adelante porque tiene una argumentación jurídica muy sólida.
Quiero puntualizar que en Canarias no están prohibidas las corridas de toros. Lo que hay es una ley de protección de los animales domésticos, pero que no especifica el caso de los toros. Si algún empresario quiere organizar un espectáculo en Las Palmas, por ejemplo, puede hacerlo. Otra cosa es que haya decaído el interés hasta el punto de que no interese acudir a los festejos taurinos.

¿No hay una gran manipulación en la cría del ganado de lidia y que afecta a la integridad del espectáculo? Más que el afeitado, que me parece un tema antiquísimo, me preocupa mucho más la pujanza de los toros, la selección, la crianza, o que las fincas cada vez son más pequeñas, donde los animales hacen poco ejercicio. No creo que haya tanta manipulación de los animales de lidia. Lo que se está transformando es el criterio de los ganaderos en la selección, pues se tiene en cuenta mucho más la pastueñez, es decir, animales que puedan aguantar faenas larguísimas de tiempo y muletazos. Me preocupa que la suerte de varas pueda acabar desapareciendo. El Reglamento de Andalucía habla de dos encuentros, y por tanto, con que el toro tropiece dos veces en el caballo ya tiene cubierto el trámite.

¿Hay posibilidad de futuro para los toros en este siglo XXI?
Creo que sí. En la historia se han vivido momentos muy malos, desde prohibiciones hasta aquella ley que obligaba al descanso dominical en 1903 –que incluía a los toreros–, y menos mal que duró poco. Aunque ahora hay temas que me preocupan mucho. Lo que no puede ser es que un alcalde, aunque sea antitaurino, como es el caso del regidor de Bogotá, tenga potestad para cerrar una plaza de toros. O el caso de Ecuador. Es cierto que la actual crisis económica está incidiendo de manera negativa, pero soy muy optimista y esto debe salir adelante. Se necesita hacer un esfuerzo por parte de los aficionados y de los miembros del sector taurino, aunque para ello se tenga que renunciar –o reducir– a ciertos privilegios o derechos.

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